Los resultados preliminares de las elecciones presidenciales bolivianas avizoran este lunes un final de infarto, a falta del voto rural y del exterior, aunque la tendencia a una segunda vuelta entre el mandatario Evo Morales y el opositor Carlos Mesa parece la más firme
Los datos oficiales del tribunal electoral se habían interrumpido la noche del domingo en el 84% de las actas verificadas, cuando todo parecía apuntar al balotaje, lo que provocó críticas al Órgano Electoral Plurinacional (OEP).
Una misión de observadores de la OEA urgió en Twitter a que «el proceso de publicación de los datos del cómputo se desarrolle de manera fluida».
Mientras Estados Unidos llamó este lunes a restablecer «ya» la «credibilidad y la transparencia» del proceso electoral, según tuiteó el subsecretario interino de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, Michael Kozak.
«Estados Unidos está observando de cerca la ronda de elecciones en Bolivia, especialmente la repentina interrupción de la tabulación electrónica de votos. Autoridades electorales deben restaurar credibilidad y transparencia al proceso ya para que se respete la voluntad del pueblo», escribió Kozak.
Hasta el momento de la interrupción, Morales, que busca su cuarto mandato en serie, sumaba un 45,28% frente al 38,16% de Mesa, quien saludó «un triunfo incuestionable, que nos permite decir que estamos en segunda vuelta».