Según las últimas cifras, más de 31 millones de personas han recibido la primera dosis de una vacuna y más de cinco millones la segunda
El Gobierno británico trató este jueves de tranquilizar a la población sobre la vacuna de AstraZeneca y reiteró que «los beneficios compensan los riesgos», después de que los reguladores no la recomendasen para los menores de 30 años por el posible vínculo entre el preparado y unos raros trombos en jóvenes.
El ministro de Sanidad, Matt Hancock, encabezó esta campaña destinada a evitar que decaiga la buena aceptación del plan de inmunización entre los ciudadanos del Reino Unido, donde más de la mitad de la población adulta ha sido ya vacunada.
El país está vacunando con Pfizer y AstraZeneca, mientras que solo la región de Gales ha empezado a inmunizar esta semana con el preparado de Moderna, el tercero aprobado por los reguladores británicos.
Según las últimas cifras, más de 31 millones de personas han recibido la primera dosis de una vacuna y más de cinco millones la segunda. Ayer se registraron 2.763 nuevos contagios y otras 45 muertes, frente al pico de más de mil muertos diarios a principios de año
Hancock acudió a las principales cadenas para reiterar que es muy bajo el riesgo de desarrollar trombosis en el caso de ser inmunizado con la vacuna de AstraZeneca, y comparó el peligro con el que se sufre al hacer «un vuelo de larga distancia».
El ministro también animó a los menores de 30 años a vacunarse cuando les llegue el turno -con un preparado alternativo al de AstraZeneca- para proteger a sus familiares y evitar los efectos secundarios a largo plazo que produce la covid-19 en algunas personas, entre ellos cansancio extremo y debilidad muscular.
El Gobierno ofrecerá a este grupo de jóvenes las otras dos vacunas aprobadas por los reguladores, Pfizer y Moderna, siempre que estén disponibles.
«El número de personas que mueren por covid se ha reducido a la mitad en los últimos nueve días, y está un 90 % por debajo del pico (de principios de año)», dijo Hancock a Sky News.
A esta campaña se sumó el líder de la oposición laborista, Keir Starmer, que pidió a los ciudadanos- en declaraciones a los medios en Bristol (Inglaterra)- «escuchar a los reguladores, que están diciendo con claridad que los beneficios compensan por completo los riesgos» e insistió en que «es seguro vacunarse».