El coordinador general del Consejo Estatal de Población de Chihuahua, Enrique Valenzuela Peralta, indicó que la nueva ola migratoria se ha presentado a partir de febrero «y ha generado desafíos en espacios humanitarios»
La presión migratoria en la frontera norte de México se mantiene en urbes como Ciudad Juárez, en el estado de Chihuahua, y refleja la incesante ola que vive la región, que en mayo registró un nuevo máximo de indocumentados arrestados por Estados Unidos.
Enrique Valenzuela Peralta, coordinador general del Consejo Estatal de Población de Chihuahua, aseguró este domingo que la nueva ola migratoria se ha presentado a partir de febrero «y ha generado desafíos en espacios humanitarios».
Esto contrasta con las declaraciones del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, quien el pasado 31 de mayo aseguró que, después de que marzo fue un mes «muy crítico» en cuanto a deportaciones, «ya ha bajado» la migración.
«Todavía falta, pero sí se está avanzando, ya no está como en marzo, ha ido bajando, poco, pero ha ido bajando», afirmó.
Sin embargo, los números indican que, a pesar de los esfuerzos de las autoridades mexicanas y estadounidenses, continúa la crisis migratoria.
Ante este panorama, el mandatario de Estados Unidos, Joe Biden, encargó a finales de marzo a la vicepresidenta Kamala Harris la tarea de frenar la migración.
Con este propósito, la semana pasada, Harris realizó un viaje a México y Guatemala, donde pidió a los migrantes «que no vengan» a Estados Unidos.
Además, mostró sintonía con el Gobierno mexicano para «atender las raíces de la migración».
Incluso, anunció asistencia de Washington para generar 250 millones de dólares en inversiones en el sur de México y la colaboración para frenar a los «polleros», como se conoce a quienes trafican con migrantes.