Biden pretende a corto plazo revertir las reformas durante la presidencia de Trump y legalizar a los casi once millones de inmigrantes sin documentos en Estados Unidos
El presidente Joe Biden este martes comenzó la reforma del sistema migratorio estadounidense en décadas, con el objetivo a corto plazo de desarmar todas las restricciones en los cuatro años de presidencia de Donald Trump y, a largo plazo, legalizar a los casi once millones de inmigrantes indocumentados que viven en el país.
En sus dos semanas en la presidencia, que se cumplen este miércoles, Biden ya ha firmado nueve decretos relacionados con la reforma migratoria. Horas después de jurar el cargo, el 20 de enero, el nuevo presidente ya ordenó una paralización de la construcción del muro con México, el gran proyecto de la era Trump. De hecho, el último acto público del expresidente en ejercicio de su cargo fue viajar a Texas a conmemorar la ampliación de ese mismo muro. En su primer día en el cargo, Biden también ordenó paralizar las deportaciones de indocumentados nacidos en EEUU. (los llamados «dreamers») y ordenó que el censo, que se hace cada diez años, incluya a las personas sin papeles en sus cómputos.
Según anunció la Casa Blanca, el objetivo manifiesto de Biden es la amnistía de los once millones de indocumentados, algo para lo que necesita el apoyo del Capitolio, que de momento controla su propio partido. La política oficial, difundida en una comunicación pública, es «finalmente reformar el sistema de inmigración, incluyendo el envío al Congreso de legislación que cree un camino hacia la ciudadanía para los casi once millones de inmigrantes indocumentados que viven en y contribuyen a nuestro país». La última amnistía la aprobó Ronald Regan en 1986, y legalizó a tres millones de ellos sin papeles. Barack Obama lo intentó, pero al perder el control del Capitolio dos años después de ser elegido, renunció a ello. Eso sí, desde la era de Obama el número de indocumentados se ha mantenido estable.
Con información de ABC