La muerte el lunes de George Floyd generó indignación luego de una serie de crímenes policiales contra la comunidad afroestadounidense
Manifestantes incendiaron la noche de este jueves 28 de mayo una comisaría de policía en Minneapolis, Estados Unidos (EEUU), durante la tercera noche de protestas por el asesinato de un hombre negro tras ser arrestado.
«Poco después de las 10H00 pm, en interés de la seguridad de nuestro personal, la policía de Minneapolis evacuó la comisaría de policía», informó el cuerpo de seguridad en un comunicado de prensa.
El gobernador del estado de Minnesota firmó un decreto para autorizar la intervención de la guardia nacional y el envío de 200 policías estatales y helicópteros.
«La muerte de George Floyd debe generar justicia y reformas fundamentales, no más muertes y destrucción», dijo el gobernador Tim Walz.
El afroestadounidense, de 46 años, murió el lunes pasado por la noche justo después de ser detenido por la policía, que sospechaba que había querido falsificar un billete de 20 dólares.
Durante la intervención, un oficial lo mantuvo en el suelo presionando su rodilla sobre su cuello durante varios minutos. «Ya no puedo respirar», se le escucha decir a Floyd en un video que se volvió viral. Tras quedar inmóvil, el hombre fue trasladado a un hospital, donde lo declararon muerto.
Al respecto, el presidente Donald Trump «se indignó cuando vio el video» de este drama «atroz y trágico», dijo la portavoz de la Casa Blanca, Kayleigh McEnany.
Los cuatro agentes involucrados fueron despedidos y las autoridades locales y federales están investigando el caso.
Por su parte, la Alta Comisionada de ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, instó a EEUU a tomar «medidas serias» y «garantizar que se haga justicia», tras «este último de una serie de asesinatos de afroamericanos desarmados, cometidos por policías estadounidenses».
Asimismo, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, órgano de la OEA, condenó la muerte «debido al uso excesivo de la fuerza por parte de la policía».