Señaló Adhanom Ghebreyesus que, «aunque los líderes desean proteger primero a su propio pueblo, la respuesta a esta pandemia debe ser colectiva»
El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, pidió a los países que «no repitan los mismos errores» del inicio de la pandemia de COVID-19, cuando la gran mayoría de los Estados frenaron la exportación a otros países necesitados de recursos médicos, como mascarillas o test. «Tenemos que evitar el nacionalismo con la vacuna del COVID-19», dijo.
«Estamos todos tan interconectados. Como un pequeño ejemplo, la vacuna desarrollada en un país puede necesitar ser llenada en frascos con tapones que son producidos en otro, usando materiales para el vidrio de alto grado que solo está disponible en otro país. Tendremos que fabricar rápidamente miles de millones de dosis para llegar a todos los que necesitan la vacuna, lo que significa cientos de millones de viales de vidrio y formas de transportarlos eficazmente», refirió.
Adhanom Ghebreyesus destacó que en los primeros meses del coronavirus, cuando comenzó a extenderse por muchos países, se produjo un «gran aumento» en la demanda de equipos de protección personal, como mascarilas, batas, guantes y protección facial.
«Los fabricantes de varios países clave estaban bajo el llamado confinamiento y hubo un colapso en el transporte aéreo, lo cual es imperativo para enviar suministros a todo el mundo. Algunos países establecieron restricciones a la exportación y hubo varios casos de requisición de suministros médicos clave para uso nacional», lamentó.
Destacó que el «nacionalismo de la oferta exacerbó la pandemia y contribuyó al fracaso total de la cadena de suministro mundial. Durante un período de tiempo, algunos países se quedaron sin suministros clave, como para los trabajadores de la salud que se ocupaban de los casos. Y muchos países todavía no tienen suficientes».
Explicó que una vez que se haya identificado una vacuna eficaz, el grupo de asesoramiento estratégico de la OMS formulará recomendaciones para su uso apropiado y justo. Así, se propone que la asignación de vacunas se lleve a cabo en dos fases. En la fase 1, las dosis se asignarán proporcionalmente a todos los países participantes simultáneamente para reducir el riesgo general. En la dos, se tendrán en cuenta las consideraciones de los países en relación con la amenaza y la vulnerabilidad.