El territorio chino, un centro financiero internacional de 7 millones de personas, ya vivió en 2002-2003 la llegada del Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SRAS) y ahora se enfrenta a una nueva epidemia.
Hong Kong, es una de las ciudades más densamente pobladas del mundo, y la vida de sus habitantes se ha transformado debido al nuevo coronavirus; viven encerrados en sus apartamentos o asaltando los supermercados en busca de máscaras, comida y papel higiénico.
Relató Natalie Belbin, de 35 años, que está esperando a su primer hijo, y que «me siento como si estuviera en una lavadora junto a otras mujeres embarazadas intentando pensar qué tengo que hacer».
Belbin, expresó temor porque el nacimiento de su bebé está previsto a principios de abril, un periodo que algunos expertos creen que podría marcar el punto máximo del brote.
En los hospitales públicos de Hong Kong, pidieron a las parejas y familiares de las embarazadas no estar presentes en los nacimientos.
Algunas madres preven dar a luz en clínicas privadas, mientras otras decidieron irse al extranjero.
En Hong Kong ,ahora, actualmente hay 36 casos confirmados de coronavirus, entre ellos un fallecido.
También, en muchos distritos de la ciudad los supermercados se han quedado sin desinfectantes de mano, papel higiénico, arroz o pasta, consecuencia de los falsos rumores de escasez.
Sí hay una escasez real de máscaras de protección, con largas colas de compradores cada vez que llega un cargamento. La semana pasada más de 10.000 personas se concentraron en una farmacia y algunas pasaron la noche en vela haciendo cola.
El gobierno de Hong Kong, favorable a Pekín, cerró finalmente la mayor parte de pasos terrestres con la China continental y desde el sábado comenzó a poner en cuarentena a todas las personas que llegan a su territorio.
Con las escuelas cerradas, los niños están obligados a quedarse en casa. En las universidades, los estudiantes ya perdieron clases y temen no poder obtener su diploma. Muchos hongkoneses evitan ir a la oficina y se quedan trabajando en casa.
Señalan los habitantes de Hong Kong que el metro está medio vacío, «algo insólito».