Las autoridades sanitarias austríacas señalaron este martes que no tienen constancia, hasta la fecha, de ningún fallecimiento directamente provocado por el uso de vacunas contra la covid-19, aunque hay ocho casos que aún están siendo estudiados.
«Hasta la fecha, no ha habido evidencia de una conexión con la vacunación, las investigaciones están en curso», explica La Oficina Federal para la Seguridad en el Cuidado de la Salud (BASG) en su informe semanal sobre efectos secundarios de la vacunación.
En ese reporte se indica que entre las 48 personas que han muerto en Austria poco después de recibir una vacuna, 46 habían sido inoculadas con el producto de BioNTech/Pfizer,una con el de Moderna y otra con el de AstraZeneca.
Austria no ha suspendido de momento el uso de esta última vacuna, como sí han hecho España, Francia, Alemania o Italia, ante las informaciones que relacionan graves problemas circulatorios con su empleo, pese a que tanto la Organización Mundial de la Salud como la Agencia Europea del Medicamento no han encontrado vínculos.
Sí retiró el lote de AstraZeneca con el que se vacunó una enfermera fallecida y otra que cayó enferma, en ambos casos por problemas relacionados con problemas de coagulación.
Según la BASG austríaca, en tres de los fallecimientos la autopsia descartó cualquier relación entre vacunación y muerte, mientras que en 16 ocasiones la inoculación coincidió con el periodo de incubación de la enfermedad covid-19, durante la que murieron los pacientes.
En otros 21 casos los fallecidos presentaban enfermedades graves previas que se cree causaron el deceso.
Otros ocho fallecimientos están aún siendo investigados, incluido el de la enfermera que murió por un grave caso de coagulación diez días después de haber sido vacunada con AstraZenza, y cuya autopsia aún no ha concluido.
La BASG insiste en que no hay actualmente indicios de «una relación causal» y recuerda que los episodios de trombosis como este no se cuentan entre los efectos secundarios de que se tiene noticia.
Este organismo público sí reconoce que se está llevando a cabo una investigación internacional y que los expertos están «trabajando a toda marcha» para poder descartar totalmente una posible relación entre la vacuna y episodios de trombosis.