Elías Santana: «Si no hay soluciones negociadas la sociedad va a buscar cómo expresarse”

Texto: Vanessa Davies y José Gregorio Yépez. Fotos: Ernesto García-Contrapunto

“La ciudadanía ha entendido más rápidamente que los políticos que la mejor manera de ponerse de acuerdo es a partir de los problemas cotidianos», sostiene el director de La Escuela de Ciudadanos

Quien conozca un poquito a Elías Santana sabe que es un hombre de izquierda, y que todo lo que aprendió en la izquierda –como el método para organizar- lo aplicó para estructurar un movimiento de vecinos, y ahora, de inquilinos.

Santana, director de La Escuela de Ciudadanos y conductor de Habla Caracas, no llama a acostumbrarse, sino a sobreponerse al despelote en que se ha convertido la vida de todos los días. La experiencia de solidaridad de los sectores populares ahora la ve en la clase media. También observa que las diferencias entre opositores y chavistas se borraron con la cruda realidad de hacerle frente a un mega apagón como el de marzo de este año.

“Se está dando un fenómeno en el que la ciudadanía ha aprendido a entenderse”, vinculado con el empeoramiento de la crisis y con el cambio en las simpatías políticas.

“Ahora lo político pasa a un segundo plano, porque hay que ser muy fanático para no entenderse con los vecinos. Pasa a ser un tema de chanza, de humor. Ya no se inicia una discusión, sino que hay sonrisas”, explica a Contrapunto. Cabe destacar que esta conversación ocurrió antes de que un sector de la oposición se sentara a dialogar con el gobierno de Maduro el pasado lunes 16 de septiembre.

“La ciudadanía ha entendido más rápidamente que los políticos que la mejor manera de ponerse de acuerdo es a partir de los problemas cotidianos. Este podría ser un aprendizaje para una mesa de negociación en la que el primer punto sea la ayuda humanitaria, o cómo se hace un gabinete conjunto que tome medidas para que el bolívar valga lo que debe valer”, expone.

Santana insiste en una salida política con elecciones para “que sea la voluntad mayoritaria la que se imponga”, pero remarca que se necesitan acuerdos para afrontar las dificultades inmediatas.

“Los problemas de la ciudadanía son muy claros. Nueve de cada 10 queremos un cambio político; la mayoría queremos que sea por la vía pacífica y electoral, y por eso cuesta entender cómo la élite política no ha asumido como tema fundamental de agenda los servicios, la economía”, reitera.

-¿La sociedad les va a pasar por encima?

-Está ocurriendo de diferentes maneras. El tremendo impacto de la presencia de Michelle Bachelet en Venezuela es resultado en 95% del esfuerzo de ONG de mucha trayectoria.

Es la sociedad la que le dijo al mundo “estamos en una crisis”, reivindica.

Santana destaca la aparición de un grupo de promotores del diálogo, con figuras emblemáticas del oficialismo y la oposición, que se atrevieron a hablar y a fotografiarse juntas. “Cuando fui a una reunión dije ‘por fin nos reunimos, por fin nos encontramos’. ¿Cómo era que la diferencia política nos impedía entendernos?”.

Como analista observa que en el país “estamos en un fenómeno de pequeños acuerdos” que está dejando atrás la polarización.

-¿Por qué la polarización funcionó con Chávez y y no con Maduro?

-Con Chávez porque había un sustrato; la clase media tiene que hacer una reflexión sobre lo que hizo. Debemos hacer una reflexión sobre lo que hicimos, y especialmente sobre lo que dejamos de hacer: reconocer al otro, atender a la persona que te sirve, que trabaja en tu empresa. También ha ocurrido que en esos sectores había una serie de prejuicios. La realidad nos ha llevado a entender que en este momento la crisis y la separación de la familia la viven igual.

Maduro tuvo la oportunidad, según su visión, de llamar a universidades, gremios, partidos políticos “y buscar un entendimiento por sobre el tema ideológico, pero lamentablemente Maduro y su equipo tomaron el camino de mantenerse y profundizar algunos rasgos que ya se había demostrado que no funcionaban”.

-¿No hubo un contrapeso?

-En el mundo opositor también privó la agenda política. La agenda del sector oficial fue “como nos mantenemos en el poder”, independientemente de lo que está ocurriendo. Pero en la oposición ante opciones electorales privó la agenda de líderes nacionales sobre la posibilidad de producir un cambio de gobierno.

En su lista de iniciativas resalta lo que ha hecho Dale Letra y cómo ha articulado Diálogo Social, iniciativa con la que sistemáticamente se busca “romper barreras y paradigmas y que los sectores se encuentre”.

Para Santana es imprescindible enviar el mensaje de que “Barbados si tiene dolientes”, porque “el gobierno y la oposición van, pero nadie asume el estar allí como espacio prioritario”. Lo atribuye a que “hay un temor, pacatería, inexplicable ausencia de visión de futuro”.

Su postura prodiálogo se vio fortalecida cuando pudo escuchar a tres encuestadores que le ratificaron “que la mayoría del país quiere una solución negociada, no militar, que cuestiona severamente al actual gobierno y tiene dudas de la capacidad de la oposición de poder superarlo”.

Tantos años de trabajo político le permiten confirmar “que la naturaleza aborrece el vacío y la sociedad está buscando opciones para hacerse sentir y para decir ‘yo soy doliente de ese diálogo en Barbados o de cualquiera que se abra para evitar una guerra civil”. A veces, prosigue, “los sectores extremos entienden las posiciones públicas de sus adversarios como reales, sin entender que en un proceso de negociación está lo que conversas en la mesa y las posturas públicas”.

Sobre el rol de los militares admite que quienes promueven el cambio político deben ponerse en los zapatos de quienes llevan un uniforme. “Nos toca entender el mundo militar y crear las condiciones para que puedan expresarse libremente”, asevera. “No tengo ninguna duda de que la mayor parte del mundo militar quiere un cambio; ellos no son una isla en el universo venezolano”.

Aun cuando considera que hay “una élite militar profundamente comprometida con esta administración” y con posibles delitos como el narcotráfico y los crímenes de lesa humanidad, argumenta que “ese sector es minoritario”. No tiene temor de asegurar que, “quien quiera pasar a la historia como promotor de un cambio, tiene la obligación de entender a todos los sectores”.

Sobreviviente de una experiencia de los años 90, Venezuela 2020, Santana subraya que 2020 seguramente será el año “del inicio del proceso de cambio; ojalá sea el año de un proceso electoral por lo menos presidencial y legislativo, que la sociedad se pueda expresar, que haya las condiciones para que la mayoría opositora y la comunidad internacional avale los resultados, y que haya condiciones para que el sector gubernamental tenga opciones”.

A su juicio, “el emplazamiento a la administración de Maduro debe ser de toda la sociedad. Tiene la posibilidad Maduro de llamar a los sectores y decirles, mientras se resuelve la negociación política, qué se puede hacer”.

Pero si Maduro sigue por la vía actual “su responsabilidad histórica de lo que pueda devenir y de las soluciones que la sociedad tome” será grande, “porque la sociedad aborrece el vacío: Si no hay soluciones negociadas la sociedad va a buscar cómo expresarse, y la manera de pasar factura va a ser diferente de estar sentado en una mesa de negociación”.