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sábado, 12 abril, 2025

Juan Luis Sosa: Quienes llaman a no participar en elecciones, ¿qué proponen para el día siguiente?

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Venezuela necesita movilización social para presionar a las élites del gobierno y de la oposición, opina el dirigente de la Asociación Civil Construyendo Valores para la Convivencia. «Desde la sociedad civil no podemos favorecer que se cierre el espacio político»

No teme que lo califiquen -o descalifiquen en la Venezuela polarizada- como un hombre conciliador, dispuesto a la fuerza de las palabras y no a la fuerza de los golpes. Juan Luis Sosa, dirigente social y político, defiende a brazo partido la participación en los próximos eventos electorales.

-¿Podemos hablar de vías para el cambio político en Venezuela en este momento? ¿De varias o una sola?

-Mira, yo creo que ese es el gran debate que hay ahorita en el país, el cambio. Yo creo que después del 28 de julio quedó demostrado: todo el mundo sabe lo que pasó el 28, ellos saben lo que pasó, nosotros sabemos lo que pasó, ellos saben que nosotros sabemos y nosotros sabemos que ellos saben. Una de las grandes crisis que tenemos ahorita en el país es una crisis de legitimidad en las bases sociales de apoyo al gobierno. Esa crisis se traduce también a lo interno de la propia coalición de gobierno, de la propia coalición dominante. Por eso vimos que avanzamos hacia el cierre del espacio cívico. Se cierra el espacio. Y entonces, cuando se está avanzando hacia un proceso de autocracia cerrada, desde la sociedad civil, desde los movimientos sociales, desde la política no podemos favorecer que se cierre el espacio político. Tenemos que ir a la política, que además es donde se han conseguido los triunfos de la oposición democrática.

-¿Qué significa ir a la política y que la sociedad no permita que se cierren los espacios?

-Mira, ir a la política es participar en todos los pequeños espacios en los que hay oportunidades de participar. Fíjate, la oposición dice que el primer triunfo lo obtuvo en 2007, cuando el presidente Chávez quiso reformar la Constitución del 99. Yo diría que el primer gran triunfo de la oposición fue en el 2001, cuando el gobierno quiso ganar la CTV con Aristóbulo Iztúriz, en un momento de alta popularidad del gobierno, y además con un candidato como el profesor Aristóbulo, que venía de una carrera en la defensa de los derechos sociales y sindicales, vinculado con el magisterio venezolano. Era tremendo candidato, votaron todos los trabajadores y estaba Chávez participando como actor político. La gente salió a votar, e incluso los chavistas entendieron que la dirección del movimiento sindical no se le podía dejar al gobierno y votó por la oposición. Otra cosa fue lo que vino después con la CTV. Fue un triunfo del voto en un momento en el cual el chavismo era mayoría, y era mayoría en los sectores políticos, en los sectores populares y en los trabajadores. Evidentemente es un triunfo para la oposición democrática que mantuvo un espacio allí. Repito, otra cosa es lo que vino después y otra cosa es que 24 años después no se hayan realizado nuevamente elecciones en la CTV. Son dos cosas distintas, ¿verdad?

Después, afirma Sosa, «vinieron desatinos». Ya «no se participó en el 2005, se le regaló al gobierno el 100% de la Asamblea Nacional y con eso el 100% de la selección de todos los cargos del sistema constitucional: magistrado fiscal, defensor del pueblo. Eso fue un error.

Dilemas estratégicos

-Hoy día, ¿qué significa estar en la política?

-Significa estar en todos los espacios. Significa que si el gobierno propone una reforma, la gente agarre eso y, bueno, vamos a debatir si estamos en un momento constituyente. Yo te aseguro que incluso las bases sociales del chavismo, incluso muchos actores de la coalición del gobierno estarían de acuerdo en revisar la enmienda número uno, la de la reelección indefinida. ¿Por qué? Porque habría mucha gente dentro del propio alto gobierno que estaría dispuesta a poner su nombre para eso. Siempre digo que el gobierno es demasiado Clausewitz, es demasiado pensamiento estratégico y la oposición insiste en no ponerse de acuerdo en lo táctico. El gobierno es especialista poniendo dilemas estratégicos

-¿Qué dilema estratégico podría colocar la oposición o los sectores que adversan al oficialismo?

-Por ejemplo, la elección indefinida. Por ejemplo, en un momento de discusión de la reforma, yo creo que es un gran consenso nacional, un momento para repensar un nuevo sistema, porque con la excusa de profundizar la democracia, pasar de un sistema federal a un sistema comunal…Eso no es profundizar, eso es cambiar el sistema. Entonces, se hace una discusión sobre el momento constituyente. No importa el número de diputados que esté allí, que sí importa, pero más allá del número de diputados, lo que importa es la política. La oposición tiene que poner una política. Cuando tú conversas no hay una política, no hay apuesta en la política en la Asamblea Nacional.

-¿Por qué?

-Por los errores. No en la Asamblea, sino en general. Por los errores de la no participación. Por el sector de María Corina Machazo y González Urrutia que dice que la política es que se respete el resultado del 28 de julio. El problema, como lo digo yo, no es pasar la página; el problema es que los libros suman páginas. Entonces no es que tú pasas la página, sino que los rusos también juegan. Yo creo que hay un gran debate en la sociedad civil, hay un gran debate en todas partes sobre el tema de la participación. Ese debate no podemos seguirlo dando como se dio el año pasado y como se dio en otros años. Aquí lo que tenemos que ver es qué está detrás de la participación y de la no participación. Quienes llaman a participar, ¿a qué llaman al día siguiente? Y quienes llaman a no participar, ¿qué proponen para el día siguiente en función del cambio? ¿No está claro? No está claro. Es decir, quienes llaman a no votar no tienen claro lo que están proponiendo para el día después. Lo que pasa es que uno ve que quienes llaman a no votar insisten en una estrategia que ya fracasó, que es la estrategia del quiebre, que es la estrategia del aislamiento.

-Pero está todavía sobre la mesa. ¿Cuántos caminos hay?

-El peligro de eso es que, bueno, ¿quien sufre las sanciones? Quien sufre el desempleo es el venezolano que migró y ahora resulta que, por haber migrado y por tener nacionalidad venezolana, es delincuente y le están aplicando de manera inconstitucional para el sistema norteamericano una ley que ataca la venezolanidad. Entonces, evidentemente, ¿quién sufre? Mira a las víctimas en Venezuela, los que día a día padecen, el que no cobra salario, el trabajador, la madre. ¿Qué creemos nosotros? Que en este momento la prioridad tiene que ser la gente. En estos días Pablo Zambrano, en el lanzamiento de la plataforma Decide, decía «Taima por Venezuela». Se trata de decirles a las élites políticas que vamos a ponernos de acuerdo en la gente. Mira, estamos perdiendo los activos, que los activos no son ni de Maduro ni son de María Corina Machado. Los activos del exterior son activos del pueblo de Venezuela. Tenemos un conjunto de personas que emigraron y quieren regresar. Tenemos a la gente sufriendo sin salario.

-Pero eso no va a cambiar con las elecciones del 25 de mayo.

-Lo lamentable del proceso es que una elección debería ser un dispositivo dinamizador de la política. Y aquí en Venezuela las elecciones terminan siendo un reproductor del conflicto, y como se dice vulgarmente, se le echa candela al fuego. Insisto, existen suficientes elementos para que haya gente que crea que no tiene sentido votar. Yo creo que sí. Yo estoy haciendo este ejercicio en los últimos días. En algunas reuniones donde he estado, le digo a la gente, «Mira, ya va, vamos a hacer algo. Vamos a dejar lo que estemos haciendo, vamos a respirar profundo. Vamos a cerrar los ojos y vamos a imaginarnos escenarios. Vamos a imaginarnos que Edmundo González Urrutia está en Miraflores. Un ejercicio. Y vamos a imaginarnos que su vicepresidente es Nicolás Maduro». Todo el que está polarizado dice «Eso es imposible». Vamos a un segundo ejercicio. Vamos a imaginarnos que cualquiera de la oposición es presidente, que Nicolás Maduro es senador vitalicio y que el ministro de la defensa es Padrino López por 10 años. Pero también podemos imaginar, como ocurrió en Ruanda, que sale un vocero de la oposición diciendo «el chavismo, los chavistas son cucarachas y hay que exterminarlos.» Entonces les digo: «Mucho cuidado con lo que se quiere. El primer escenario es el de Sudáfrica. Todo el mundo habla de Mandela y de ese proceso que generó Mandela, pero el vicepresidente de Mandela fue De Klerk, que fue el último presidente del régimen del Apartheid. El otro escenario es el de Chile, y ahí están los sapos que se tuvieron que comer los demócratas. Y el último, el de las cucarachas, es el de Ruanda. Eso fue lo que dijo uno de los grandes dirigentes hutus en un programa de radio que era más muy popular, y por eso está condenado hoy en el Tribunal Internacional contra los crímenes de Ruanda, porque los crímenes de odio están precedidos por lenguaje de odio.

-¿Las elecciones del 25 de mayo, o cuando sean, nos llevan al primer escenario?

-La oportunidad del 28 de Julio ya pasó. Lamentablemente eso era previo, antes del 28. Varias personas lo dijimos, aunque no éramos mayoría, evidentemente. Nosotros decíamos que no basta solo con ganar. Si nosotros partimos de que no estamos en Suiza tienes que saber que la respuesta no va a ser la de Suiza. Tú tienes que ganar, evidentemente, porque si no ganas no hay ninguna posibilidad. Pero aparte de ganar, tenías que generar las condiciones. Fíjate, cuando uno habla con la gente que está pensando en Venezuela en la transición, algunos hablan de Chile, otros hablan de Sudáfrica, otros hablan de Polonia; y cuando tú hablas con sectores cercanos al gobierno, te dicen: «Bueno, pero es que nosotros estudiamos Nicaragua con Violeta de Chamorro». Incluso Óscar Arias, que fue presidente de Costa Rica, ganó un premio Nobel de la Paz por los Acuerdos de Esquipulas, que fue un acuerdo de transición política. No bastó con que Chamorro ganara la elección. Para Venezuela el 28 de Julio fue una oportunidad.

-¿Hay formas de restituir un escenario similar?

-Mira, yo creo que siempre el diálogo, la negociación van a ser un escenario posible. Ahora, en este momento, yo creo que en Venezuela hace falta tejido social, hace falta movilización social que presione tanto a la élite política del gobierno como a la élite política de la oposición. Por ejemplo, desde el Foro Cívico se está trabajando la Agenda Social y de Derechos como un espacio de encuentro en la Venezuela que nos imaginamos.

Hay ideas y expectativas, pero no fuerzas

-Ese tejido social que presione a toda la élite, ¿para qué?

-Precisamente para ponernos de acuerdo, ¿no? Yo creo que hace falta movilización, movilización y tejido social, y eso es parte de lo que tiene que hacer en este momento la sociedad civil y de lo que tienen que hacer los movimientos sociales: ponernos de acuerdo con base en un pliego de movilización. No todo el mundo quiere movilizarse para sacar el gobierno, pero todo el mundo quiere organización para defender sus derechos. Se habla mucho de que está suspendida la Constitución en sus derechos civiles y políticos. El sistema constitucional está, como lo señala un profesor de derecho constitucional argentino, completamente parado. Por eso te digo que un momento como la reforma lo que hace es reflexionar si estamos en un momento constituyente. A eso me refiero. Queremos avanzar. Creo que tenemos que despolarizarnos. Porque la sociedad se volvió a polarizar.

Sosa echa mano de su pasado. «Para los que nos formamos en la izquierda, se hablaba de condiciones objetivas y condiciones subjetivas en los procesos. Ahora, yo creo que hay formas metodológicas más fáciles para ver las cosas, ¿no? Las expectativas del cambio, los tiempos del cambio, las ideas del cambio y las fuerzas del cambio. Yo creo que en Venezuela hay una gran expectativa del cambio que sigue allí, que sigue presente. La gente está en duelo, pero es un error que la gente se aleje de la política porque hay que superar ese duelo y por eso la participación tiene que ver con miras a ese cambio. Tenemos ideas del cambio; ideas del cambio es una narrativa de inclusión, es la tolerancia, es la convivencia. ¿Dónde creo yo que estamos fallando? En las fuerzas del cambio. No hay una dirección política que entienda su responsabilidad histórica; que entienda que en este momento los héroes que necesitamos pueden ser como en algún momento fue en Chile: no solamente héroes del protagonismo, sino también héroes del desprendimiento».

Es decir, «entender que los procesos tienen que estar por encima, que el país tiene que estar por encima».

El analista insiste en que «no hay condiciones de organización porque no hay dirección política, y no hay dirección política con capacidad estratégica ni con capacidad de coordinación estratégica. Aquí se juega sobre la base del chantaje. El pensamiento hegemónico se reproduce desde el gobierno y desde esa otra oposición. No, vale. El país es plural. El país es plural y una de las cosas que tenemos que rescatar es el pluralismo; es que todos podemos tener una opinión distinta, pero por encima de esa opinión primero tenemos que escucharnos».

-¿Es traicionar a María Corina Machado y a González Urrutia participar en este evento electoral? Porque hay gente que lo ve así.

-Yo creo que el triunfo no es de María Corina y de González Urrutia; yo creo que el el triunfo fue de toda la sociedad democrática. Yo salí a votar y yo llamé a votar y yo movilicé gente a votar. El problema es ese; el problema es que no es una persona. No creo en esa visión mesiánica que chantajea a los demás. Entonces, si tú eres cercano a uno y quieres denunciar la corrupción, eres un traidor, le estás dando elementos a la derecha. Esa forma bipolar, hegemónica de ver la cosa es la que nos tiene en una situación donde se aplica la lógica de la ciudad sitiada. Es que estamos en una ciudad sitiada. Si estás en la lógica de la ciudad sitiada, tu principal enemigo es el enemigo interno y de allí las cosas injustificables que se hacen, pero que tienen una justificación si lo ves desde el punto de vista de la ciudad sitiada. Por otro lado, hay quienes se ven como los que de verdad están sitiando la ciudad, pero quien sufre no es el gobierno, sino es la gente que tiene que hacer cola para las cosas. ¿A dónde vamos a llegar otra vez: 2015, 2016? El sujeto de cambio que yo veo es la gente. Yo sigo pensando en la gente, y por eso no traiciono a nadie. Y para mí, en este momento, el sujeto sigue siendo la gente, esa sigue siendo la prioridad. Y tanto María Corina como Edmundo González deberían pensar en la gente. Creo que detrás sigue habiendo una estrategia simplemente de ruptura, simplemente de ver el término del otro, de ver el sujeto fuera de Venezuela, y aquí no va a venir ni Supermán ni Batichica. En dado caso, para mí, creo que Donald Trump lo ha dejado muy claro: el problema de Donald Trump no es la democracia, son sus negocios, ¿no?

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