La analista internacional destaca que ha quedado en evidencia la incapacidad del Gobierno venezolano de sacar provecho de las condiciones económicas que ha generado esta crisis
Un año después del inicio de las hostilidades militares en Ucrania el mundo se muestra más convulso y Giovanna De Michelle percibe que lejos de vislumbrarse una salida negociada, lo que se dibuja en el horizonte es una guerra de desgaste.
La analista argumenta que son irreconciliables los objetivos de Putin de controlar el este y el sureste del territorio ucraniano con la idea de sostener la integridad nacional de Zelenski.
-Putin suspende el acuerdo de desarme nuclear ¿Cuáles serán las consecuencias?
-El tema de la suspensión del acuerdo de desarme nuclear no está muy claro. En primer momento Putin dijo que suspendía el acuerdo, pero menos de 24 horas después dijo que podía retomarse, lo que es totalmente coherente con el termino suspensión. Suspender no implica retirarse ni anular el acuerdo. Suspensión significa dejar de aplicarlo de manera temporal. Después señaló que estaría dispuesto a seguir cumpliendo. Todo parece indicar que las declaraciones en torno a este tema son parte de la presión política, más que una notificación de un hecho real. Por otra parte la suspensión de un acuerdo de este tipo va más allá de una declaratoria verbal. El debería seguir el protocolo, si finalmente eso es lo que quisiera hacer. La suspensión es una figura prevista dentro de los acuerdos que firman las naciones y uno de los participantes puede suspenderlo cuando considera que han cambiado algunas de las condiciones que generaron el compromiso del estado en cumplir esos acuerdos. Eso es lo que podría estar planteando Putin. Argumentar que «como han cambiado las condiciones en virtud de que se han lesionado los intereses de Rusia en Ucrania con el apoyo de Estados Unidos», dejan de aplicar el tratado. Creo que lo que estamos viendo es una amenaza de tipo político, más que la notificación de un hecho categórico.
-Biden ripostó ante esto que «Ucrania nunca será un victoria rusa». ¿Cuál es la lectura de este intercambio de declaraciones?
-Estamos viendo una puja entre Biden y Putin después de su visita sorpresa a Ucrania y de su discurso en Varsovia. «Nunca será una vitoria rusa», ha dicho Joe Biden porque una victoria rusa sería desconocer totalmente la institucionalidad internacional que ha condenado este tipo de acciones. Es desconocer totalmente la vigencia del derecho internacional público que condena esas acciones que son calificadas como agresión. Además sería la consagración de un sistema internacional bipolar donde Rusia recuperaría su espacio hegemónico, su espacio de poder mundial, lo cual Estados Unidos no desea que pase.
-Zelenski se ha pasado un año regañando a occidente por su falta de respaldo… ¿Esto puede llevar a un conflicto global? ¿Es puro aguaje?
-Yo no creo que se convierta en un conflicto global, y es mi deseo. Los países occidentales se han cuidado mucho de no involucrar a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en el conflicto por considerar que Ucrania no es miembro de la OTAN. Zelenski quisiera que participara la OTAN porque se sentiría absolutamente más respaldado. Pero sería el acabose para la paz y la seguridad internacionales, porque ahí estaría hablando de un conflicto global. Por ahora lo que tenemos es un conflicto muy localizado, con mucha ayuda por parte de Occidente para una de las partes en conflicto que es en este caso Ucrania, pero no se puede hablar de un conflicto global, aunque ese será el rumbo que tomará el discurso por parte de Rusia con el envío de los «leopard» alemanes a Ucrania.
-¿Se escala el conflicto? ¿Hay solución para esta crisis?
-Siempre hay solución para un conflicto. Lo que hay que preguntarse es si hay la voluntad política para solucionar el conflicto y allí es donde veo la dificultad. Yo creo que esto se va convertir en una guerra de largo aliento, una guerra de desgaste. Difícilmente Rusia pudiera aceptar una solución negociada que no implique su control de toda la región este y sureste de Ucrania que es su objetivo mínimo en esta guerra y eso es lo que complica la situación porque el objetivo es absolutamente irreconciliable con el propósito de Ucrania de garantizar su integridad territorial.
-¿Cómo queda Venezuela en este escenario? ¿Cuál es el impacto geopolítico sobre el país? ¿Se olvida la crisis?
-No creo que este conflicto en Europa haga olvidar la crisis que hay en Venezuela. Lo que sí es cierto es que el conflicto en Europa ha copado el interés de los medios a nivel internacional. La ficción de la recuperación económica en Venezuela ha hecho que disminuya un poco la atención sobre la situación venezolana, pero la crisis sigue, sigue empeorando. Hemos tenido un retroceso en la recuperación económica que tuvo el país desde el año pasado. Tuvimos una contracción del consumo durante diciembre y enero, lo que es llamativo a pesar de la apertura de la frontera con Colombia. Creo que solo es cuestión de tiempo para que el problema de Venezuela vuelva a aflorar con fuerza. Sobre todo ahora que se añade el tema electoral con el llamado a las elecciones primarias y las posibles acciones del gobierno para torpedear esas acciones.
–¿Rusia arrastra a Venezuela en la dinámica de la confrontación?
-Rusia arrastra a Venezuela en la confrontación retórica con los Estados Unidos. Venezuela no tiene oportunidad de actuar en términos militares en esa guerra. Rusia ha puesto al desnudo la incapacidad de Venezuela de aprovechar el conflicto en Europa para aumentar la colocación del crudo.
