El exalcalde de San Cristóbal ha llevado dos propuestas al ente comicial. Se asume como defensor del voto. Aclara que no apoyará al candidato que salga de la primaria y se deslinda de lo que llama «la tesis de la presión máxima»
Nueve años se cumplieron, el pasado 19 de marzo, de la detención de Daniel Ceballos. El entonces alcalde de San Cristóbal y dirigente de Voluntad Popular enfrentó la cárcel y la decisión del TSJ de destituirlo del cargo. Estuvo más de cuatro años preso
En mayo pasado un tribunal lo condenó a cuatro años y tres meses. «El Estado encontró que era culpable, pero me absuelve, porque el lapso de la condena es menor que el tiempo que pasé en la cárcel. Esto cierra definitivamente el caso», señala. Decidió no apelar «porque es un resultado injusto, pero es un resultado. La tragedia de tener que presentarme cada mes es algo que quiero dejar atrás».
Este es -como lo confirma en conversación con contrapunto.com- un buen momento para protagonizar en el ámbito político: «Luego de más de 20 años no se destranca el juego, y hay un porcentaje importante de la población que busca una alternativa a los planteamientos que están en conflicto: gobierno y oposición. Estoy ultimando una alternativa que espero y sueño que pueda representar a los venezolanos que están en otra dirección, que tomaron otro rumbo, que no están en el odio y entienden que el conflicto es parte del obstáculo a superar a diario».
No responde con sí o con no cuando se le pregunta por su aspiración presidencial. «Sería un orgullo poder ser un instrumento de este venezolano, este héroe que está construyendo desde lo práctico. Estamos construyendo una propuesta. Esto está acompañado de una organización política que estamos llevando al CNE, con la intención hacer desde allí una reforma al sistema de partidos políticos». Defiende la idea de una organizaciones políticas que se acerquen a lo ciudadanos, que permitan la participación de la gente.
Como lo adelanta, hasta la fecha ha llevado dos propuestas al CNE. «Estamos esperando que el CNE apruebe los nombres. Ya hicimos la solicitud formal. Esperamos el nombramiento del nuevo CNE para seguir las gestiones. Vamos a pedir entrevistas con los rectores y aspiramos a lograrlo». El partido, si es aprobado, será «una gran oportunidad para debutar en la elección presidencial. Estamos haciendo lo posible para lograr entrar en las presidenciales. Buscamos representar a ese más de 60% que está en el hartazgo del conflicto y estamos en lo práctico, en las soluciones para el corto plazo, la recuperación del país y los esfuerzos para reconciliarnos, pasar la página y entrar en una verdadera transición».
Ceballos piensa en las presidenciales, y también, en las parlamentarias, con la idea de lograr una reforma del Estado que incorpore la tecnología. «Vivimos una crisis en la que no existen mecanismos verdaderos entre quienes eligen y quien gobierna. El que gobierna decide lo que quiere, no consulta a nadie; el ciudadano está para votar y más nada. Forma parte de nuestro planteamiento construir mecanismos necesarios para que exista una democracia directa. Eso pasa por los partidos políticos; que la democracia empiece allí».
¿Ve posible un cambio de gobierno? «Creo que va a haber un cambio de gobierno que debe ser por la vía democrática, debe ser en paz. Lo veo para 2024. Veo con posibilidades que una alternativa gane. Maduro no está en su mejor momento, y tampoco lo está el PSUV. Pero tampoco está la oposición en capacidad de hacerlo. Su planteamiento no representa a la mayoría de los venezolanos. Ahí está la pared, una pared que tenemos que superar. No puedo plantear la salida a la fuerza del gobierno».
Hay «una oportunidad de cambiar de gobierno, y que los que están en el gobierno tengan a oportunidad de seguir haciendo política viviendo en Venezuela, apoyando la construcción del país. No podemos aniquilar al adversario, tenemos que reconocer al adversario. Estoy en desacuerdo con esa forma de menospreciar al otro, esa manera de no dar un reconocimiento, no otorgarle inteligencia o capacidad. Eso es lo que nos ha llevando a prescindir del otro, a juntarnos con los iguales».
Sobre la primaria, asevera que respeta este proceso, pero lo ubica «en la tesis de la presión máxima». Por ende, aclara que no apoyará a quien gane la primaria. «No puedo estar en el modelo de presión máxima. Es un camino agotado. Ojalá lograse representar a los venezolanos que están, con sus capacidades y esfuerzo, tratando de ir a lo práctico y resolviendo los problemas».
El dirigente político reitera que está fuera de la presión máxima. «Estas ideas, hasta el final, el que se cansa pierde, la salida, vamos bien, han sido planteadas desde la presión máxima, el aniquilamiento del adversario. Estuvimos ahí, apoyamos esas tesis, fuimos a la cárcel por eso, pero eso no forma parte de lo que hoy queremos impulsar».
Preso y maltratado, no evade la pregunta sobre las violaciones de los derechos humanos en Venezuela y la misma CPI. «Hay que resolverlo aquí, entre los venezolanos. No quiero descartar ni abandonar ningún espacio que alguien esté buscando para conseguir justicia y libertad, y que se castigue a quien haya violado derechos humanos; lo que digo es que un proceso de transición nos va a exigir a las víctimas dar un paso hacia un perdón y pensar en cómo romper la rueda para que no se repita. La venganza no es una forma de tratar esto».
Se refiere al ejemplo colombiano. «Vemos el proceso de paz en Colombia, muy cerca de nosotros, y lo podemos estudiar. Ha sido exitoso, ha permitido estabilidad a Colombia; lo hicieron víctimas y victimarios juntos en el Parlamento, se tuvieron que dar la mano, mira a la cara, tragar grueso».
-¿Cuál es su relación con Voluntad Popular?
-De la VP de López y Guaidó estoy deslindado totalmente. Tengo rato insistiendo en eso, en dejar de lado la tesis de la máxima presión. Con la VP oficiamente registrada en el CNE intenté acompañar un proceso de elecciones internas con una visión de recuperra el partido y darle un reimpulso, pero comprendo que es muy complejo; tardaría otros 20 años tratando de recomponer esas fisuras y confrontación. Es difícil empezar de nuevo, pero ¿por qué no darles una nueva mirada a los partidos políticos y hacer una propuesta dinámica y fresca?» Que trabaje en dvolver el poder a los ciudadanos, participar, decidir, votar».
Ceballos, ingeniero agrónomo y descendiente de agricultores, rompe el celofán de la economía con su propuesta de convertir el peso en moneda de curso legal. Ya se usa, recuerda, en estados como Táchira, Mérida, Trujillo, Zulia y Barinas. «Puede ser una alternativa al dólar. El dólar tiene una condición politizada» y ahora «existe una oportunidad con Colombia que hay que aprovechar». Ataca directamente «el problema de la inflación y la depreciación del bolívar».
Saca algunas cuentas: «Dos millones o más venezolanos en territorio colombiano usan el pero a diario, cuentas en pesos, trámites en pesos, envío de remesas a Venezuela. Son prácticas que deben visibilizarse y que forman parte de la Venezuela que quiere resolver». Sería muy importante «que el BCV diga cuál es la cotización del peso. Lo segundo es ver cómo el BCV y el Banco de Colombia pueden llegar a un acuerdo». Lo asume como algo transitorio, «un instrumento necesario para la recuperación económica». Es una decisión que «requiere de mucha valentía del gobierno, el de ahora o el que venga».
Regresa a la inscripción de su nuevo partido, aunque admite que podría ser rechazada. «Todo es posible», indica. «Pero estamos haciendo todo el esfuerzo. Creemos en el voto, en los partidos políticos».
