Varios miles de venezolanos pagaron y nunca pudieron obtener las divisas. La organización Anauco los respalda para las acciones legales
Después de 15 años de control de cambio, en enero de 2018 se suscribió el Convenio Cambiario 39, con el cual se abrían las puertas a la compra y venta de divisas mediante el Sistema de Tipo de Cambio Complementario Flotante del Mercado (Dicom). Pero lo que parecía una oportunidad se convirtió en una pesadilla para miles de personas que perdieron su dinero y no recibieron los dólares.
El sistema de subastas -firmado por el entonces Ministro de Finanzas, Simón Zerpa- prometía que demandantes y oferentes participaran «sin más restricciones que el cumplimiento de las condiciones establecidas en su convocatoria, adjudicando moneda extranjera y bolívares».
El artículo 4 del convenio cambiario 39 establece: «Se deberá garantizar la existencia y disponibilidad de los fondos en bolívares y en moneda extranjera que soporten las posiciones que sean ofertadas o demandadas a través del Sistema de Tipo de Cambio Complementario Flotante de Mercado (Dicom), para lo cual las instituciones autorizadas del Sistema Financiero Nacional estarán en la obligación de realizar un bloqueo preventivo de los fondos al momento de realizar la postura».
«Atendiendo al llamado del Estado, miles de venezolanos participaron en las subastas Dicom respectivas, llenaron todos los extremos de ley, resultándoles adjudicadas las divisas correspondientes, luego de su liquidación y pago a tasas a la mejor conveniencia del ente regulador, las divisas fueros depositadas en sus cuentas bancaria abiertas a tales efectos, principalmente en la banca pública: Banco de Venezuela, Banco Bicentenario y Banco del Tesoro», recuerda la asociación Anauco. Pero «después de todo este proceso y de haber pagado las divisas adquiridas, las mismas se encuentran bloqueadas en las cuentas bancarias respectivas, sin que sus legítimos dueños tengan acceso o puedan disponer de ellas».
Aunque parezca mentira, casi tres años después los afectados no han podido disponer de sus divisas. «Muchos adquirieron estas divisas para pagar obligaciones frente terceros; otros viajaron al exterior con sus tarjetas de débito internacionales emitidas por estos bancos y, encontrándose fuera de su país de origen, no pudieron usarlas, es decir, quedaron varados e indefensos en un país extranjero sin poder pagar sus alimentos, hoteles y demás gastos».
Cansados de esperar, decidieron actuar legalmente. Con el respaldo de Anauco «acudirán ante los organismos responsables, agotarán todas las demandas judiciales y extrajudiciales necesarias para la restitución de los derechos que les fueron violados». Su exigencia es el inmediato desbloqueo de los fondos.