Venezuela ha sido uno de los pocos países ya sancionados por Estados Unidos que fueron incluidos en el listado de naciones que serían afectados por la política arancelaria anunciada, y ahora pausada temporalmente, por el presidente estadounidense Donald Trump. Esto, más allá de los porcentajes de envíos que se hacen a esta economía de productos no petroleros, sigue siendo parte de una estrategia de presión política hacia Venezuela: «Sería tonto suponer que solamente es un tema de estrategia económica», aseveró el economista Aaron Olmos.
Explicó en entrevista para Contrapunto.com que, si bien, Venezuela es estratégica por su ubicación, además de otros elementos, «esto que está ocurriendo con nuestro país no es fruto de la casualidad».
«Esto se viene gestando desde el acuerdo de Qatar, acuerdo de Barbados, el 2024, la búsqueda de una transición política y concertada con los poderes, un 28 de julio con una propuesta de cambio de país a nivel político vía elecciones, con un resultado que no necesariamente era el que se estaba esperando desde el punto de vista de los acuerdos; una propuesta de transición, que no necesariamente ha ocurrido; una situación de política compleja; una cantidad de personas vinculadas con esos políticos, algunos fuera del país, otros privados de libertad. O sea, todo esto que de alguna manera está ocurriendo es el pase de factura de eso que, de alguna manera, no ocurrió en términos de esos acuerdos, que solamente los que se reunieron ahí saben el detalle», añadió.
Por lo tanto, todo el contexto económico que está en marcha desde principios de abril para el mundo entero, «pero (también) desde finales del año pasado e inicios del gobierno de Trump, desde 21 enero en adelante, forma parte, de toda una avanzada que busca presionar por lo económico a que Venezuela genere transiciones, que eso nunca se les puede olvidar, porque sigue estando dentro de la agenda geopolítica, y se están utilizando herramientas económicas y comerciales como medidas de presión».
Pero… ¿Cómo afecta el arancel del 15% a Venezuela?
En lo que respecta a los envíos de productos desde Venezuela hacia Estados Unidos, el especialista en Finanzas de Empresas recordó que, de acuerdo con estadísticas de la Cámara Venezolano-Americana de Comercio e Industria (Venamcham), durante el primer semestre de 2024 las exportaciones no petroleras hacia EEUU representaron el 5,79%, mientras que «la Asociación de Productores y Exportadores de Productos del Mar (…) decía que de los mercados destinos que tienen la producción de pescado, mariscos, moluscos y todos estos rubros generados en Venezuela, menos del 2% se envía a Estados Unidos, la gran mayoría va hacia Asia y Europa».
Por su parte, la Asociación Venezolana de Exportadores (AVEX) indicó recientemente que las exportaciones venezolanas hacia Estados Unidos representan el 14% de los productos nacionales, manteniendo el grueso de los envíos hacia Europa.
Entonces, continuó: «La afectación nuestra de ese 15% de los aranceles de Trump en las exportaciones está vinculado al tamaño del mercado que representa Estados Unidos para los que exportan de acá y la posibilidad que tienen los exportadores de quizás poderse mover a otro espacio».
Detalló que la política arancelaria, no solo en Venezuela, sino en el mundo, «lo que está generando es que los exportadores busquen nuevos mercados, nuevos espacios, nuevas condiciones para colocar sus productos. Y eso es un poco lo que de alguna manera está pasando con Venezuela y sus productores se ven afectados (…) El tema es que otros países que exportan a Estados Unidos están haciendo lo mismo. Entonces, tienes a muchas personas, empresas y países tomando el teléfono, llamando a diferentes personas, empresas, a ver si están interesados en su producción por el tema de los aranceles».
A esta situación se suma el decreto de Emergencia Económica en Venezuela «con características orientadas, sobre todo, a temas de política fiscal por el orden del ingreso, del gasto y de la deuda; básicamente crear condiciones para producir y tratar de orientar el consumo de lo hecho en Venezuela, demeritando y dejando fuera el consumo de los productos importados», todo ello como elementos adicionales a «una economía que no está todavía fortalecida, que produce por debajo del 50% de su capacidad y que según reportes el Observatorio Venezolano de Finanzas, al último trimestre de 2024, lejos de crecer más bien se contrajo», y sin data oficial inflacionaria emitida por el Banco Central de Venezuela.
Bajo ese orden de ideas, Olmos señaló que el escenario interno de Venezuela «no es el más idóneo para hacerle frente a una situación de aranceles globales que ponen en desventaja a muchos países, pues tienes que salir a competir con el resto del planeta para tratar de ubicar tus exportaciones no tradicionales».
Además de ello, puntualizó que el país también carga con «el peso de las revocatorias de las licencias, con esta ventana que se abría hasta abril, pero ahora la extendieron hasta el 27 de mayo, y, el tema de los aranceles adicionales a todos los países que quieran comprarle derivados de productos de petróleo Venezuela, que hace que la gente lo piense».
El venezolano de a pie no está exento
Detalló que aunque algunos individuos consideren que un evento como el que supone la imposición de aranceles por parte de EEUU no afecta su bolsillo: «No hay algo más global y que te haga sentir los efectos de una toma de decisión en el norte, que tenga un efecto final en el oriente, que la globalización económica».
«Todo esto que está pasando con el arancel impuesto por Estados Unidos al resto del mundo, más la propia situación de nosotros hace que la economía de Venezuela se recaliente. ¿En qué sentido? Ya Venezuela viene demostrando desde comienzos de este año con las medidas de Trump y las tomas de decisiones a nivel de órdenes ejecutivas, lo sensible que es a cambios en la política, exterior hacia Venezuela», ilustró.
Ante este panorama, el Magíster en Gerencia Empresarial explicó que el venezolano de a pie comienza a ver los efectos en una acción tan común como lo es ir al supermercado y percatarse de que «no trae la misma cantidad de productos», por lo que toma la decisión de cambiar la marca de su preferencia, para seguir comprando la misma cantidad, muchas veces sacrificado la calidad.
«Entonces, de alguna manera, la insuficiencia de salario, la caída en el poder de compra, la inflación y el aumento del tipo de cambio, tienen un efecto directo en el poder de compra que se traduce en menor cantidad de producto», concluyó.