El primer semestre del año 2024 la industria del crudo venezolano promedió una producción de 864.000 barriles diarios. Sin embargo, los números se mantienen por debajo de la meta de Pdvsa que, tras la firma de acuerdos con energéticas transnacionales, esperaba un incremento «acelerado», pese a las previsiones de los economistas, que planteaban un panorama más moderado
Aunque el establecimiento de la Licencia General 44, el pasado 18 de octubre de 2023, abrió paso a la firma de acuerdos entre la estatal Petróleos de Venezuela SA (Pdvsa) y distintas trasnacionales energéticas con la finalidad garantizar la reactivación de empresas mixtas, relaciones comerciales y financieras, exportación e incrementos productivos, el impacto que estas negociaciones ha tenido sobre la industria petrolera del país han sido relativamente moderadas, o al menos así lo opinan algunos expertos en la materia.
«El impacto ha sido muy poco, ha sido muy relativo», aseguró el economista especializado en petróleo Rafael Quiroz Serrano, quien detalló en entrevista para Contrapunto que aunque durante el primer trimestre del año 2023 se observó un repunte en la capacidad productiva del país, en lo que va del mes de abril, la producción «ha bajado nuevamente».
De acuerdo con cifras publicadas la semana pasada por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), los primeros tres meses del 2024 promediaron una producción de 864.000 barriles diarios (b/d), lo que representa un crecimiento del 18% respecto al mismo período de 2023, cuando promedió en 731.000 b/d.
Sin embargo, a juicio del economista, en términos diferenciales, la variación «no nos dice mayor cosa», considerando los niveles que se manejaban en el pasado, en una industria petrolera que -en buena época- alcanzó una producción que superaba los 3 millones de b/d, además de la constante meta productiva establecida durante años por la estatal Pdvsa, que insiste en la posibilidad de cerrar el año con una producción de entre 1 millón y 1.200.000 b/d.
El documento de la OPEP también detalla que la Nación produjo 874.000 barriles diarios en marzo, representando una caída del 0,3% con respecto a febrero, cuando fue de 877.000 b/d, lo que para entonces evidenció un alza frente a los 841.000 b/d de enero.
Los números se mantienen por debajo de la meta de Pdvsa que tras la firma de acuerdos con energéticas transnacionales -como Maurel & Prom, Repsol, Refinería di Korsou y Shell- en los meses siguientes a la flexibilización de las sanciones a las industrias del crudo y el gas, esperaba un incremento «acelerado» en 2024, pese a las previsiones de los economistas, que planteaban un panorama un poco más moderado.
Saldando deudas
Es importante destacar que la deuda total de Pdvsa con sus socios y contratistas ronda los 15.000 millones de dólares, por lo que la firma de algunos acuerdos también contemplaba el pago paulatino de deudas del pasado.
Tal es el caso de la estadounidense Chevron, que se mantiene operativa desde noviembre de 2022 cuando el Departamento del Tesoro de EEUU, a través de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) emitió la Licencia General 41 sobre Venezuela, con la que autorizó a la empresa a reanudar operaciones limitadas de extracción de recursos naturales en Venezuela.
«No olvidemos que en lo que respecta a la Chevron, toda la factura petrolera a excepción de los salarios que debe pagar en Venezuela, está yendo a Estados Unidos o a sus cuentas bancarias en Estados Unidos para amortiguar la deuda», detalló Quiroz quien sumó que la petrolera no está pagando en Venezuela «ni precios de liquidación, ni lo que llamamos regalías, ni Impuestos Sobre La Renta y pues mucho menos está pagando los dividendos».
Añadió que «esto es lo único que está yendo en dólares hacia el Banco Central de Venezuela para comprar bolívares» y pagar a sus trabajadores en el país, «eso es lo único que les está quedando en Venezuela de la factura petrolera que se origina de la operatividad de Chevron en su producción, muy moderada, como ellos siempre lo dijeron, que su aporte al aumento de la elevación de la producción total en Venezuela».
Lejos de la renovación
El Gobierno de Estados Unidos adelantó ayer que no renovará las licencias generales que autorizaban transacciones relacionadas con la industria petrolera venezolana, cuya vigencia vence el próximo 18 de abril, debido principalmente al incumplimiento de los acuerdos establecidos y firmados en Barbados el pasado 17 de octubre de 2023, especialmente en lo relacionado con los comicios presidenciales previstos para el segundo semestre del año.
Quiroz sostuvo que de cara a este panorama Venezuela ni siquiera podría contemplar llegar a producir el millón de barriles diarios: «Esto frena más a las empresas como la Repsol, como la Eni o cualquier otra que pueda haber tenido la intención de retornar con más comodidad la fase de producción, por consiguiente menos condiciones van a haber para que se cumpla la tarea de llegar a la meta de producción (…) por ahí hay unos que han pronosticado de forma apasionada e inusitada que vamos a estar produciendo 4 millones dentro de cuatro años; siete millones en ocho años», pero afirma que se trata de opiniones que se derivan del desconocimiento.
¿Continuarán las energéticas en Venezuela?
Por su parte, el economista Luis Oliveros declaró en entrevista para Contrapunto que estas empresas recibieron un cierto nivel de «libertad» para poder producir e invertir, «y el tema petrolero no es como producir camisas, donde puedes apagar la fábrica y te vas. El negocio petrolero implica un conjunto de inversiones donde es muy difícil o muy complicado, apagar y volver a prender, o sea, tienen otras implicaciones».
Bajo esta línea de ideas, Oliveros considera que a las compañías energéticas que actualmente operan bajo licencias en Venezuela, «las van a dejar seguir produciendo, pero lo que se puede afectar es el futuro, o sea las dejo producir o las dejo invertir hasta determinado punto, pero no las dejo con total libertad, como pudiéramos pensar que tenemos actualmente».
Con ello, el Decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales en la Universidad Metropolitana estima que esto implicaría que Venezuela puede seguir teniendo una producción cercana a los 900.000 b/d, «pero la meta del millón se vería comprometida, porque a lo mejor les afectan las posibilidades de inversión a mediano y largo plazo, y eso sin duda alguna es una mala noticia para Venezuela».
Rafael Quiroz Serrano opinó al respecto que las transnacionales son empresas que están «muy bien manejadas», por lo que cuentan con previsiones de distintos escenarios, por lo que, antes de firmar acuerdos con Venezuela, probablemente establecieron en su programación la estimación de que las sanciones pudieran no mantenerse en estatus de flexibilización: «Conociendo al ambiente, y haciendo de seguimiento monitoreado del panorama político venezolano y de las circunstancias políticas electorales venezolanas, ellas tienen que haber estimado que el gobierno no cumpliera con los compromisos de Barbados, como en efecto no lo ha cumplido y que, por lo tanto, las sanciones iban a retornar».
