Cavecal envió al Ministerio de Finanzas un plan, que incluye «cobrar aranceles como los están cobrando los países vecinos», de al menos 35%
Tony Di Benedeto, presidente de la Cámara Venezolana de Calzado, indicó que se producen 15 millones de zapatos, que satisfacen 20% de la demanda nacional. Sobre el año escolar «estamos esperando la procura de este año»; la de 2022 fue de 2,5 o 3 millones de pares de zapatos.
«Estamos en capacidad instalada para satisfacer 80% de la demanda nacional de calzado», subrayó el dirigente.
«Estamos padeciendo la falta de inversión, la falta de financiamiento, los impuestos que se han vuelto muy onerosos y la falta de competitividad en relación con el producto importado», detalló Di Benedeto.
El vocero, en declaraciones para Unión Radio, indicó que al cobrar IVA a los productos importados «vimos una pequeña recuperación en nuestra venta», y «llegamos a unos 16 o 17 millones de zapatos».
Para este año esperaban una recuperación de 20% pero «las medidas que se tomaron no fueron suficientes» y aparte «no contamos con un plan de financiamiento sostenible en el tiempo» para poder llegar a satisfacer hasta 40% de la demanda nacional.
«En Venezuela siempre se hizo un zapato de calidad» y «llegamos a abastecer 80% de la demanda nacional», explicó. «Lo que sigue llegando de afuera en muchos casos son zapatos que no se rigen de acuerdo con las necesidades».
UN zapato escolar hecho en el país cuesta entre 22 y 30 dólares al público, estimó. «Un colegial importado puede estar en 10 o 12 dólares», y hemos visto zapatos hasta en un dólar. «Podemos hablar de competencia desleal, no estamos en las mismas condiciones». Un zapato de un dólar «es imposible fabricarlo en Venezuela» si solo la caja cuesta 0,70 centavos de dólar. «Eso es un ilícito aduanero, eso es contrabando».
Cavecal envió al Ministerio de Finanzas un plan, que incluye «cobrar aranceles como los están cobrando los países vecinos», de al menos 35%. Ahora se cobra 12% y es insuficiente, apuntó, «para poder competir con condiciones iguales». Tampoco hay plan de financiamiento para modernizar los sistemas de producción. La ley de armonización «no va a mejorar mucho el ingreso, pero va a ayudar a que rinda el poder adquisitivo».
«Estamos en un momento bastante crítico en la industria», sentenció.