El economista y profesor universitario señala que la solución a los problemas que afectan a Venezuela en el plano económico y social no puede ser resueltos con recursos internos
Ante el problema que tiene de sus finanzas públicas y la imposibilidad de generar certidumbre en la producción de petróleo, Venezuela tendrá que buscar financiamiento “a fondo perdido”, según lo señala José Miguel Uzcátegui.
Indica el economista que estos recursos no llegarán fácilmente, “habrá que firmar compromisos para que fluyan porque nadie entrega recursos sin conocer cómo serán utilizados, sobre todo si no serán reembolsados».
Señala que la economía está en «terapia intensiva con un cuadro clínico muy crítico» y que no existen los recursos para atender la parálisis del país.
«No hay impuestos de la industria petrolera ni de las otras actividades. No hay ingresos en dólares que es lo que necesitamos para poder acceder a insumos. El petróleo no genera las divisas que antes generaba. Ahora estamos en niveles de 4.000 millones, cuando antes llegamos a obtener 40.000 millones de dólares de ingreso petrolero», advierte el profesor universitario.
Describe el cuadro como «dramático ya que no hay ingresos de divisas porque nadie invierte, y los recursos se generan por dinero inorgánico, con las consabidas distorsiones que se generan en la economía».
Indica que la economía venezolana no está en capacidad de generar los recursos para cancelar una eventual línea de financiamiento que pudiera solicitarse.
«Para empezar estamos en default con una deuda que hay que pagar y el aparato productivo está deprimido enfrentando siete años en recesión económica. Tenemos que esperar ayuda. No hay capacidad de esperar financiamiento porque no hay capacidad de respuesta, por lo menos en la primera etapa. Serán por lo menos dos años en esta situación», afirma Uzcátegui.
Plantea como un problema a resolver la confianza en el manejo de la economía del país.
«Nadie nos va a prestar dentro de estas condiciones y con la gerencia que tiene el país. Hay que dar señales de que el manejo de las finanzas venezolanas va a cambiar y eso pasa por un problema político que sigue pendiente», advierte el economista.
Agrega que si Venezuela pudiera acudir a los organismos multilaterales la solicitud tendría que hacer una cola «tan larga como la de las estaciones de servicio para echar gasolina. Además estaríamos detrás de países que tienen mejores condiciones para cancelar las deudas».
Finalmente sentencia «no hay soluciones internas. Ni por el lado del Fisco ni por el lado de las Reservas Internacionales. La banca está descapitalizada. Nuestra solución está afuera y nadie le prestará a quienes no han manejado de manera eficiente sus recursos y ha endeudado a un país con el shock petrolero más grande su historia. habrá que hacer cambios fundamentales y estar dispuestos a dar garantías y aceptar condiciones».