Roberto Rimeris, presidente de la Cámara Venezolana de la Industria del Vestido, asegura que tienen stock para los próximos tres meses
La flexibilización de la cuarentena con el esquema 5X10 no termina de ser una buena noticia para el sector del vestido de Venezuela. Mientras los comercios estén cerrados las fábricas no tienen dónde enviar lo que producen. Roberto Rimeris, presidente de la Cámara Venezolana de la Industria del Vestido, asegura que tienen stock para los próximos tres meses.
Sin embargo, indica que las empresas se han ido reincorporando, a la espera de que los centros comerciales y los comercios abran de nuevo.
El sector, como buena parte de los productores del país, se ha ido descosiendo en las dos décadas de gestión chavista. De las 400 empresas que había en el año 2000 solo quedan 22, calcula Rimeris. «95% de las empresas han cerrado o se han ido al sector informal». Las que quedan en pie trabajan con menos de 20% de su capacidad instalada.
Durante la cuarentena no solo perdieron días de trabajo, sino que se vieron acorralados por la hiperinflación.
La industria pagó nómina hasta donde pudo, y hoy no tiene flujo de caja, apunta Rimeris. Mientras los comercios estén cerrados, no habrá nuevos pedidos. Así no tiene sentido acumular stock, enfatiza.
Para el sector la falta de gasolina es un dolor de cabeza, porque los trabajadores necesitan desplazarse y los clientes se trasladan en vehículos.
Rimeris no desdeña la importancia de la COVID-19. A su juicio, es una enfermedad de respeto y se deben tomar las medidas de rigor: testeo de temperatura, lavado de manos, uso de gel y tapabocas.