Hay una fractura en todos los enlaces de la cadena agroalimentaria en Venezuela, indicó este viernes el investigador venezolano Carlos Machado-Allison.
Esto se debe a factores históricos, como la nacionalización de tierras entre 2004 y 2008; la ocupación de Agroisleña, que era indispensable para la agricultura, y de cadenas alimentarias. Entre 2009 y 2014 el gobierno tuvo recursos para importar enormes cantidades de alimentos, analizó.
Se suman factores recientes, como la falta de diésel y gasoil, las alcabalas en las que se aplican normas diferentes, explicó en entrevista con Unión Radio. Un productor debe cumplir 22 trámites distintos en nueve ministerios, y hay 256 normas que afectan el flujo de alimentos.
En 2008 se producían 800 kilos por persona por año, y en este momento producimos 300 kilos, contrastó. También hay una caída notable en la capacidad de consumo, alertó, con 97% de la población en inseguridad alimentaria.
Además hay 639 mil niños de menos de cinco años en desnutrición severa, y 160 mil con un peso inferior al necesario para su edad, estimó.
Es más importante la escasez de combustible que la pandemia de COVID-19 en cuanto a la afectación de la producción de alimentos, subrayó. El efecto es de 7% u 8% del precio final.
Solo 28% recibe el CLAP mensualmente.
Hoy se produce poco y se consume poco, manifestó Machado-Allison. La migración de venezolanos es de personas en edad productiva.