La educación y el apoyo que reciben los atletas debe venir desde casa y el bicampeón mundial de wushu, Jorge Pérez, recibió y sigue recibiendo el apoyo incondicional de una guerrera que junto a su hijo se enamoró del wushu
En el día de las madres, Contrapunto celebra por aquellas mujeres que nos han dado la vida y han entregado su vida por nosotros en las más duras circunstancias.
En esta época de pandemia, nos toca homenajear a esas valientes luchadoras en un contexto muy especial. Las madres de los deportistas juegan un papel fundamental en la carrera de sus hijos y por esta razón conversamos con la madre de un campeón.
Susana Rubio, es la madre del bicampeón mundial de wushu, Jorge Pérez, un atleta que es un ejemplo dentro y fuera del deporte, y que ha llegado lejos gracias a ese apoyo tan especial por parte de su progenitora.
“La trayectoria de mi hijo hasta llegar a ser campeón. El Camino ha sido largo, pero valió la pena”, así comienza la señora Susana Rubio, quien además ha sido durante un gran período, la presidenta de la Federación Venezolana de Wushu.
“Desde que estaba pequeño, Jorge quería ser como. BRUCE LEE, daba saltos, patadas y le Encantaban las Películas de Jackie Chan”, nos contó Susana Rubio.
De igual manera, nos cuenta que a los 4 años y medio le pidió que lo llevara a una escuela de kung fu y después de enseñarle varias le gustó la Danza del Dragón, en El Paraíso. Fue así como comenzó su carrera exitosa carrera con el Maestro Yunnys Zapata (también campeón mundial). «Decidí apoyar a mi hijo, ya que le gustaba mucho esa disciplina. Al principio era fácil para él, pero a medida que pasaba el tiempo el aprendizaje era más exigente», prosiguió.
«Cuando tenía como diez años llegó un momento que no quería ir, me pedía que por favor no lo llevara más. Mi respuesta fue que tenía que llegar a cinturón negro, porque así podía dar clases. El Prof. Zapata, me ayudó mucho para convencerlo. Así lo fui llevando y financiando todas sus competencias, ya que en ese momento no teníamos federación, ni ayudas económicas para los atletas», nos cuenta orgullosa una madre que nunca dejó de alentar a su hijo.
Fue así como se convirtió en una pieza clave y como madre se inmiscuía cada día más en este deporte: «No falté a ninguna competencia de mi hijo, ni nacionales ni internacionales. Poco a poco fui viendo los adelantos de mi hijo, sus pases de cinta, sus peleas (aunque me ponía nerviosa) me alegraba cuando ganaba. Gracias al kung fu, conocimos casi toda Venezuela».
«Me tocó llevarlo a Colombia, Canadá, Argentina, Estados Unidos y también el primer viaje a China, sin ayuda de Federación ni de entes deportivos y ganando dos medallas de oro en ese primer campeonato mundial tradicional», recordó la señora Susana Rubio, quien además destacó la importancia de este arte marcial en su vida personal, el cual a su juicio lo ayudó a tener principios, valores, ser buen estudiante y excelente deportista. Además que el Deporte los aleja de vicios y malos pasos.
Aseguró que vive los triunfos de su hijo con una alegría muy grande, un orgullo que le permite concretar ese momento. A la hora de no obtener el triunfo, nos comenta que lo vivía con un dolor en el pecho, debido a que entiende el gran sacrificio que hacía su hijo.
Recuerda la grave lesión en la columna vertebral que tuvo Jorge a los 18 años, antes de convertirse en campeón del mundo: “Todos los médicos decían que no volvería a las artes marciales, lo llevé a cinco médicos”.
Recuerda que fue Eduardo Arroyo, quien ayudó al éxito de su operación y pudo así conseguir los triunfos: “El primer campeonato posterior a la operación, obtuvo dos medallas doradas y se las llevó al médico”, dijo la orgullosa madre.
Luego de la lesión no pudo continuar en combate, pero siguió en la modalidad de formas tradicionales chinas y fue campeón mundial en esa misma especialidad: “Cuando mi hijo me llamó que había ganado dos medallas de oro en China y los otros dos atletas, Omnain Kutos ganó dos de plata y Kelvin Páez con dos de oro. Fue tan Grande la emoción que a las tres de la mañana llamé a Yunnis Zapata y no me importó despertarlo” (risas).
Gracias a esa unión con su hijo llegó a la Federación Venezolana de Wushu, algo que nunca imaginó, ha sido una experiencia increíble a pesar de tener cinco años que no reciben apoyo para los eventos internacionales. El Wushu, le ha dado muchas medallas a Venezuela, pero se ha notado la falta de apoyo en los últimos años, nos cuenta.
“Los deportistas no son adolescentes normales, ellos sacrifican mucho para poder entrenar, por eso al no verlo ganar duele muchísimo. Es como vivir el momento. Hemos sido muy unidos, son cosas que al vivirlas igual nos deja un bello recuerdo”, aseveró.
“Doy gracias a Dios en haber apoyado siempre a mi hijo, es algo que considero le ha servido para toda la vida. Jorge es un muchacho responsable y disciplinado, porque el deporte te da disciplina. Lo que se invirtió y se gastó no tiene precio”, aseguró con una voz de orgullo que deja notar en cada frase.
Entre tantas anécdotas, nos cuenta una en especial en el año 2011, en los Juegos Nacionales en Anzoátegui, cuando Susana Rubio tenía un año al mando de la Federación de Wushu, en esa ocasión Jorge no hizo un movimiento del esquema de palo en la competencia, razón por la cual apelaron y le quitaron el puesto.
En esa oportunidad se tuvo que aceptar la decisión y lamentablemente le bajaron los puntos, algo que le dolió mucho como madre pero tuvo que tratarlo con la parcialidad requerida y la honorabilidad que marca el arte marcial del Wushu. Así fue como Jorge se devolvió y ella tuvo que quedarse ejerciendo su función de máxima dirigente del wushu.
Susana Rubio, además de ser una madre ejemplar ha sido una dirigente intachable del deporte en Venezuela, y es por ello que se siente muy agradecida con el apoyo que siempre recibió del Comité Olímpico Venezolano : “Todo lo que aprendí en el COV ha sido global, mi amiga Elida, Marcos Oviedo y el profesor Eduardo Álvarez, todos me han brindado el apoyo necesario”.
A las madres que tienen hijos atletas de alto rendimiento, les deja el mensaje de que los apoyen hasta el final, que vale la pena acompañarlos a sus entrenamientos desde temprana edad: “Cualquier deporte que quieran practicar es bueno para que los niños se aíslen de las drogas, malas compañías y malas juntas”, afirmó.
Además de Jorge, también destacó el apoyo a su hija en el mundo de la música, la llevaba a los conciertos: “Yo he apoyado mucho a mis hijos, ese es el deber de una madre”.