Los brasileños vuelven a levantar el torneo de clubes más importante del continente, hecho que no lograban desde 1981
En el estadio Nacional de Lima comenzaba a disputarse la final más interesante de los últimos tiempos en Copa Libertadores de América.
Por una lado, el trabuco armado por Flamengo y del otro la oncena de River Plate, armada a la medida de Marcelo “Muñeco” Gallardo.
Los argentinos comenzaron presionando al Flamengo y jugando el partido como una verdadera final y fue así como el colombiano Borré batió a Diego Alves al minuto 14, luego de un pase de Ignacio Fernández.
Flamengo intentaba igualar las acciones con aproximaciones desde el minuto 30, con Everton Ribeiro intentando mover al equipo hacia la portería defendida por Franco Armani.
En la segunda mitad, con algo de desorden, los brasileños buscaban el gol del empate y al 57 una ocasión de gol terminó detenida por Armani, a disparo de Everton Ribeiro, la jugada sería revisada por el VAR y finalizaría el peligro.
A pesar de lo desordenado del ataque de la oncena del Flamengo, al minuto 88, a centro del uruguayo Giorgian Daniel De Arrascaeta, «Gabigol» igualaría las acciones luego de haber estado prácticamente seco por el experimentado Pinola en la zaga argentina.
Pero no quedaría allí, «Gabigol» quería demostrar que estaba de vuelta y que es el ariete de moda en CONMEBOL, y de esta forma a los dos minutos del empate sellaría una victoria que consolidaría el proyecto encabezado por el portugués Jorge Fernando Pinheiro de Jesus.
De manera extraordinaria el «Mengao» volteaba las acciones, demostrando que la inversión realizada pudo terminar rindiendo los frutos correspondientes y llevarlos a la cima del continente, rememorando los tiempos de Zico.
Al 95 «Gabigol» sería expulsado para llevarse el protagonismo del encuentro en todos los aspectos.
De esta manera, el Flamengo vuelve a lo más alto del fútbol del continente luego de 38 años y paradójicamente se conseguirá nuevamente con Liverpool en un Mundial de Clubes como en aquella época de 1981.