La federación también ha permitido organizar la final de la Copa de Portugal, que enfrentará al Oporto con el Benfica, pero sin todavía fijar fecha para el partido que tradicionalmente cierra la temporada
Portugal se convertirá el miércoles en la segunda liga de primer orden en reanudarse, tras la Bundesliga el 16 de mayo, pero la desunión que reina en el seno del fútbol luso rodea este reinicio de numerosa inquietudes.
La autorización para reanudar la competición, interrumpida a diez jornadas del final por la pandemia de coronavirus, contaba con un riguroso protocolo sanitario, pero algunas recomendaciones chocaron con los intereses particulares de los clubes.
La Dirección General de Sanidad deseaba, por ejemplo, que se jugara en «el menor número de estadios posibles», pero al final, 16 de los 18 conjuntos jugarán en sus propios recintos.
Las dos excepciones, que jugarán en cuartel general de la selección portuguesa, son el Santa Clara, club del archipiélago de las Azores que decidió instalarse en el continente para evitar idas y venidas, y el Belenenses, que ya no jugaba en su estadio histórico debido a un conflicto entre el club y la dirección del equipo profesional.
Otro ejemplo de este enrarecido ambiente es que la proposición de la Liga para autorizar cinco sustituciones está bloqueada por la oposición de un único club, el Maritimo de Madeira que, al contrario que el Santa Clara, seguirá jugando en su isla.
Con información de AFP