La semana pasada, la Unesco incorporó al taichi en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
¿Por qué lo hizo?
«Surgido a mediados del siglo XVII en el distrito de Wenxian, perteneciente a la Provincia de Henan situada en el centro de China, y practicado hoy en todo el país por personas de cualquier edad y etnia, el ejercicio físico tradicional denominado taijiquan se caracteriza por la ejecución de movimientos circulares relajados, el control de la respiración y la adopción de una actitud mental impregnada de neutralidad y ecuanimidad», describe la Unesco.
«Debido a la influencia del taoísmo, el confucianismo y las teorías de la medicina tradicional, el taijiquan se ha escindido en diferentes escuelas o estilos que han adoptado los nombres de diversos clanes o de maestros experimentados. Este elemento del patrimonio cultural inmaterial se transmite en el seno de esos clanes, o bien de maestros a alumnos».
El taijiquan «se ha incorporado también al sistema educativo formal. El elemento, cimentado en los ciclos del yin y del yang, así como en la visión cultural de la unidad del cielo y la humanidad, se ha venido transmitiendo por conducto de leyendas, proverbios, rituales y vectores de otro tipo. La salvaguardia del taijiquan puede incrementar su notoriedad y propiciar un diálogo sobre las diversas formas de practicarlo que se dan en las diferentes comunidades».