Elitzama Tovar: una joven karateca que se agranda ante los retos

Arnaldo Fernández l @fernandzarnaldo Fotos: Rafael Briceño

Caerse, levantarse y enamorarse de su disciplina, esto ha sido la constante de una atleta que a su corta edad sube como la espuma

Elitzama Tovar es una joven karateca de 18 años que ha labrado su camino a base de esfuerzos, sacrificios y sobretodo su amor por esta disciplina, la cual la ha llevado a crecerse ante las adversidades.

La campeona mundial, Sandra Sánchez afirma lo siguiente: “No te canses de intentarlo y convertirás lo imposible en realidad”.

Pues Elitzama Tovar no se cansa y los grandes resultados obtenidos a su corta edad, son una muestra de ello.

Comenzó a los seis años en el karate y a los ocho se empezó a proyectar en el kumite, la cual sigue siendo su especialidad en la actualidad.

A los siete años ya estaba debutando en la Selección de Distrito Capital en un Nacional Infantil, en donde no le fue tan bien. Posteriormente a los 11 años cambia de equipo y es en la Selección de Miranda donde obtiene la primera medalla dorada en el estado Guárico.

De ese título con la Selección de Miranda guarda recuerdos muy especiales, en primer lugar porque la acompañó su familia y segundo porque de su medalla de oro dependía que el estado escalara a la tercera posición del podio, algo que finalmente pudo obtener.

Es así como pasa al juvenil y debuta en Oriente, fue un cambio duro pero positivo ya que en su segunda aparición en la categoría se alzó con la presea de plata, demostrando su pundonor y constancia una vez más.

Visiblemente emocionada, con lágrimas en los ojos destaca el apoyo de su madre en todo momento, sobretodo en la etapa de 14 y 15 años en donde los resultados no eran los esperados.

En esa etapa los resultados no pasaban de repetidas medallas de bronce y muchas veces pensaba en dejar una disciplina que para ella lo es todo, sin embargo, su madre siempre estuvo presente indicándole el camino.

“El camino de un atleta siempre es complicado, pero de nosotros depende si superamos esas piedritas, o nos quedamos estancados, eso me lo enseñó mi mamá”, aseveró la joven karateca.

Para Elitzama, el karate le ha dado fuerza y mucha fe, y considera que es la parte de su vida en la qué más se ha esforzado, y donde siempre ha luchado para ser la mejor.

“El karate es concentración, el karate es amor, ya que para tener continuidad en un deporte debes amarlo”, afirmó.

Para ella el karate es parte esencial de su vida y según sus palabras la ha enseñado a levantarse, le ha dado regaños, lecciones, triunfos y alegrías.

Y todas esas alegrías las ha luchado una a una en medio de adversidades y fuertes cambios típicos de cualquier deporte. Otro ejemplo fue en la recién finalizada Copa Simón Bolívar, donde obtuvo el oro en juvenil y plata en su debut en adulto.

“Todo cambio es bueno y gracias a Dios siempre comenzamos con buen pie. De juvenil a adulto es un cambio drástico, apenas con 18 años te enfrentas a contendientes de 25 y 26, pero me sentí bastante segura”, destacó.

La confianza en si misma es primordial, a pesar de ser consciente de que en el tatami todo puede suceder. Fue así como su debut en el sub 21 la llevó a alcanzar el oro.

Ha estado en Croacia, Colombia, ha sido subcampeona centroamericana, tercera en sudamericanos y fue quinta en el mundo, rozando la clasificación a los Juegos Olímpicos de la Juventud.

Elitzama se ve proyectada en un futuro viajando con la Selección Nacional, aspira llegar al tope y a mantenerse en el mismo a base de trabajo y enfocada.

Valentía, confianza y fe, son herramientas que maneja a diario ya que para ella el karate brinda valores y equilibrio emocional.
“Es bonito que conozcan esta disciplina, la conexión que hay con el coach es impresionante y todas las personas detrás de ti esperando un resultado”, finalizó.