La primera actriz María Cristina Lozada y el actor Rafael Monsalve, el «Juan Corazón» de los años 80, se encuentran en la obra «Ni tan Adán ni tan Eva», que se estrena el 12 de octubre en el Caracas Theater Club y que sale de las salas tradicionales para hacer frente al reto de mostrarse en clubes.
No habían trabajado nunca juntos, pero –claro está- se conocían de oídas. Ella nunca lo vio en su personaje de Juan Corazón porque “no me dio la gana”, le dice entre risas. Y “a mí no me dio la gana de ver las novelas donde ella estaba”, responde él, no con menos carcajadas.
Ni la primera actriz María Cristina Lozana, ni el actor Rafael Monsalve confiesan su edad. Se llevan 10 años, afirma María Cristina; son 15, agrega Rafael. “Por mí, yo digo 20 o 30”, bromea él. Sale ella con una frase de la experiencia: “La edad es como la sexualidad: algo totalmente personal”.
Los dos están ahora, juntos y revueltos, en la obra Ni tan Adán ni tan Eva, que se estrena formalmente este 12 de octubre en el Caracas Theater Club. El dramaturgo merideño Ciro Acevedo convierte a Rafael en un médico psiquiatra que tiene una residencia para adultos mayores llamada El Edén; y a María Cristina la lleva a ser una Eva que está “frita”.
Desnudos hay en esta pieza, pero no los tradicionales en los que se ve mucho de la carne y poco del corazón. Ambos se desnudan para construir un mundo de dos.
-Es una pieza para cualquiera que tenga una inteligencia que utilizar. No tiene edad. Es un futuro, es un presente. Habla de los hijos, de la relación hijo-padre, y es una posibilidad futura para cualquiera. Te habla de un futuro. Esta situación puede ocurrir a cualquier edad- describe María Cristina.
-Soy un médico psiquiatra que tiene un lugar de atención para personas de la tercera edad, y me llega esta señora que está frita totalmente y tengo que lidiar con eso. Esa forma de ser de ella, y mi comportamiento absurdo y esquemático hacen que cambie mi forma de verla a ella y lo que ella opina de mí- completa Rafael.
-Yo soy intratable y él es simple y llanamente un nerd. Y yo soy una loca desatada, jajajaja- puntualiza ella.
-La pieza no tiene connotación política para nada; de eso hay suficiente material ya. Simplemente hablamos de una historia muy íntima en un contexto muy íntimo. Dos personajes se encuentran, se muestran como son: sus ausencias, su tristeza, su soledad. Ojo, no es una obra triste, es una comedia. Ambos logran transformar el uno al otro, quedan desnudos como Adán y Eva uno frente al otro. Se van reconstruyendo a sí mismos a través del otro para lograr ser más felices en medio de la soledad que los acompaña, sin tomar en cuenta la diferencia de edad- explica Rafael.
De «Juan Corazón» queda muy poco. De los grandes personajes de María Cristina, tampoco hay mucho. En esta obra, que se saldrá de los espacios tradicionales para conquistar voluntades en los clubes de Caracas y del interior del país, hay mucho más por encontrar y descubrir que lo que ya se sabe de ambos.