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lunes, 18 marzo, 2024
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Alejandro Bruzual: «Vamos a conocer a Otro Lauro»

José Gregorio Yépez @goyepez Fotos: Marco Arango

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El guitarrista, investigador y biógrafo de Antonio Lauro nos habla de la experiencia de hacer una «conferencia concierto» para acercarse al más reconocido compositor venezolano en su faceta de cantante. Para este viaje cuenta con la complicidad de Gregory Pino, cantante de lírico graduado de guitarrista, la sala experimental del Centro Cultural BOD y del domingo 19 de marzo a las 4 de la tarde

Alejandro Bruzual puede ser muchas cosas, músico, escritor, doctor en Literatura Latinoamericana, pero esta vez nos vamos a acercar a él como el biógrafo de Antonio Lauro, el maestro, centro de la guitarra venezolana, que también fue cantante y que con sus dos instrumentos, guitarra y voz marcó la vida de la música de este pedacito del mundo llamado Venezuela.

El maestro Lauro hizo que la guitarra venezolana tuviera su sonido, que hablara un idioma único tomado de las calles de los pueblos, del olor de las flores, de la expresividad de su gente, del canto de sus pájaros con el brillo que el conocimiento de la técnica puede aportarle a la genuina creación.

Por eso, a quien más ha estudiado, descrito y escrito sobre la obra guitarrística de Venezuela se le ocurrió abrir una ventana para mirar a ese “Otro Lauro” que pocos conocen, más complejo y profundo que el ya legendario que todo el planeta conoce.

Alejandro Bruzual, llega tempranito a la redacción de Contrapunto, puntual, con la sonrisa en su rostro dibujada por la satisfacción del que vive con pasión la música y generosamente la entrega a manos llenas.

El café de rigor abre la conversación para saber de qué va esto que llama Otro Lauro.   

“Tengo la sensación, como guitarrista y biógrafo de Lauro, que los valses con su grandeza y la difusión mundial que tuvieron, llevaron a Lauro a la fama, pero por otro lado lo han reducido a una expresión nacionalista basado en formas populares que de alguna manera minimiza la complejidad de Lauro. En el libro que escribí le puse como subtítulo “el músico total” que es una paráfrasis de algo que había dicho Alirio (Díaz), porque Lauro es un personaje y una obra mucho más compleja de lo que se logra ver a través de los valses. Lo que yo quiero es acompañar la apertura de ‘Otro Lauro’ que da otra visión de la música venezolana, de sí mismo desde la guitarra”, reflexiona de entrada Bruzual.

-Para los que recuerdan los discos de acetato…  ¿Este es el lado B de Lauro?

-No sé si el lado A o el B. Si nos agarramos de él, no solo por la guitarra y el canto sino por la doble búsqueda que él tenía, lo que era propiamente tonal tradicional, lo más conocido y la parte más estilística, más cromática, muy modulante, entonces él decía: “Esto es más Lauro”. Si tuviéramos que escoger el lado A y B, siendo el A el principal, el “más Lauro” debería estar ahí, donde está la sonata, la suite, incluso una subsección que he querido presentar como una tercera búsqueda que su actitud sobre la música antigua, porque en el año 49 escribe una pavana y ahí abre una sección de su catálogo que tiene obras no solo para guitarra de inquietudes de la música antigua. Es decir que serían como tres secciones, necesitaríamos un disco de tres lados.

Llegado a este punto Alejandro Bruzual pone el foco sobre lo que sucederá este domingo 19 de marzo en el Centro Cultural BOD y señala que la intención de este “audiovisual en vivo” apunta a hablar de “un Lauro que no es netamente guitarrístico”.

“Es un Lauro que nos muestra en su experiencia vital, biográfica, que tiene como segundo instrumento la voz. Eso lo tiene desde muy temprano con ‘Los Cantores del Trópico’ con los que tienen su primer éxito nacional e internacional porque llegaron hasta Chile. Él fue famoso en todo el país por el trío en que hacía de cantante como barítono y bajo, hacia la primera guitarra y era “el novio de la madrina” porque dirigía, hacía los arreglos y tocaba… ¡y tocaba qué jode! (sic)”, afirma Bruzual.

Esta última afirmación la respalda el investigador con un artículo que escribe Alirio Díaz en Trujillo “que para ese momento no lo conoce y dice: ‘Lauro es nuestro primer guitarrista’. Eso da la dimensión de lo que ya Lauro era, antes de ser Lauro”.

-¿Los cantores del trópico son antes de que Alirio Díaz y Rodrigo Riera conozcan a Antonio Lauro? 

-No habían llegado a Caracas. Los Cantores del Trópico duraron desde 1935 hasta 1942 y desaparecen cuando regresan de la gira. Alirio y Rodrigo (Riera) llegan a Caracas en 1945. Y allí empieza el contacto de Lauro y Alirio Díaz. Comienza esa simbiosis que va hasta que Alirio Díaz se va a Europa y se convierte en su intérprete. Hasta ese momento Lauro ha sido intérprete de sí mismo y quien ocupa el espacio del intérprete de la guitarra, cuando Lauro se retira es Pérez Díaz, porque ni Díaz ni Riera han llegado a Caracas. Con los “cantores” tienes a un Lauro que es guitarrista y cantante. Hace arreglos, compone. Compuso Morenita antes de estudiar con Sojo (Vicente Emilio), en ese periodo está Lauro estudiando guitarra.

-¿En esta propuesta del Otro Lauro vamos a ver esto? 

-En el concierto vamos comenzar con un bolero que es de esa época que se llama “Volver”. Esperanza Márquez le pidió al maestro que lo rescatara y la acompañara en la grabación y Lauro lo hace ya en final de su vida. El repertorio que vamos a hacer resume la vida de Lauro.  Este bolero, que aunque lo rescató al final de su vida, es de su época de cantante de tríos. Hay que recordar que el repertorio de esa época no era de boleros, aunque también los hacían y hasta Rafael Hernández les dedicó un bolero a ellos”.

El biógrafo de Antonio Lauro explica que el repertorio del concierto comienza en los tiempos Los Cantores del trópico, mucho antes de que se convierta en la estrella de la catedra de guitarra”.

“Lauro es quien estabiliza la cátedra de guitarra con Raúl Borges. Esta es la cátedra primigenia en el continente en un conservatorio nacional, porque Argentina nos llevada mucho en enseñanza. Lauro termina los estudios en 1938, todavía está con Los Cantores del Trópico -no han llegado Alirio (Díaz) ni Rodrigo (Riera)- y después que regresa de la gira con los “cantores” empieza a estudiar composición”, explica el investigador.

Bruzual relata que en el ínterin “hay otro desarrollo del cantante porque entra muy temprano a cantar en el Orfeón Lamas y se vuelve el solista, como voz grave, como barítono, en muchas obras sinfónico corales. Él es el primer Diablo de la Cantata Criolla que cantó con Teo Capriles, dirigida por el Maestro Antonio Estévez”.

Acá se detiene es su disquisición y abriendo los ojos como si fueran el dos de oro de la baraja española dice, sin esconder su admiración por Antonio Lauro: “Él es el más Diablo de todos los diablos”.

“Eso fue con la Orquesta Sinfónica, el Orfeón Lamas. Ese Diablo hace temblar. Ese es un momento culminante, hablamos de 1954”, señala Bruzual con la precisión que solo puede tener el biógrafo de Antonio Lauro.

Más adelante señala que Antonio Lauro se relacionó con el canto desde distintas facetas: “La popular, luego la académica desde el Orfeón Lamas en donde es solista de muchas obras. Fue parte de los estrenos en Venezuela, fueran ciertos o no se presentaron como estrenos, la Novena Sinfonía, La Misa Solemne, el Réquiem de Mozart”.

“Estamos hablando de que no solo fue el guitarrista que fue, sino que estuvo en toda esta historia de la música del país. Él decía ‘yo lo hago más por talento que por técnica’, porque estudió canto, pero no se dedicó a desarrollar la técnica entonces ‘el resolvía los papeles’, como el mismo decía”, comenta el investigador.

Cantante de carrera

Bruzual hace hincapié que “Lauro tuvo una carrera de cantante: Tuvo estrenos, fue solista en el Orfeón Lamas, dirigió coros, dirigió un grupo de madrigalistas de la Radio Nacional y dirigió coros durante 30 años. Tiene una obra coral importante. Hasta cuando estuvo preso en 1951 y 1952, por oponerse a la dictadura, compuso una canción que se convirtió en una especie de himno entre sus compañeros de prisión, según me contaron gente que estuvo presa con él”.

“Se puede hablar del Lauro popular, el académico con el Orfeón Lamas, el profesional del canto, el del trabajo en escuelas medias cuando dirigía coros y después el repertorio de guitarra y canto. Así  se tiene un panorama completo de Antonio Lauro visto desde el mundo del canto. En este repertorio se empata con el Lauro grande, conocido, famoso y trascendente que es el Lauro guitarrista”, comenta Bruzual.

-Los guitarristas venezolanos y Lauro, como el centro de la guitarra en el país no escapa a ello, tienen la condición de venir de lo popular. Esa guitarra de la calle que “se pulió” con el conservatorio… ¿es lo que le da identidad y un lenguaje propio a la guitarra venezolana?

-Hay saber qué calle era. Él viene de la influencia de Matamoros, el momento cumbre de los tríos que anteceden a Los Panchos, donde los repertorios eran marcados por las músicas nacionales. Post “Panchos” se impone el bolero. Los Cantores del Trópico son equivalente al Trío Matamoros, pero en un formato distinto, Ellos trabajan con el cuatro y el repertorio muy propio. Es una música venezolana popular tradicional.

Cuando explica “la calle” que vivieron los guitarristas venezolanos Bruzual destaca el papel de la radio para ese momento.

“La calle de ellos la vivieron en la radio, porque Lauro, Alirio, Rodrigo fueron músicos de radio, vivían de eso. De hecho para Lauro fue su primera entrada profesional”, señala Bruzual

“La radio para Lauro significó asumir su talento. Porque él estaba escondido de la familia, que era de la pequeña burguesía inmigrante, con papá y mamá italianos hasta Adán y Eva. La familia lo presionaba a salir de ese mundo bohemio. Él era visto como el fracaso familiar. Lauro asume su destino cuando empieza recibir y a tener un ingreso en la radio y de allí nacen Los Cantores del Trópico. Lauro trabajó en Ondas del Lago como director musical”, relata desde su condición de biógrafo.

Asimismo señala que “en la radio había mucha calle porque la cosa era: Qué es lo que hay que acompañar y arrancaban. Fuese la música que fuese. En ese momento la radio es el centro musical de toda Latinoamérica. Allí es donde nos imaginamos una Latinoamérica unida. Por las radios pasan los tríos y los músicos de todas partes y por todas partes. Es en la música, más que en la literatura donde se da esa primera imaginación continental. Ahí se tocaban, tangos, rancheras, boleros, las músicas nacionales. La música tradicional argentina”.

“Lauro tiene esa experiencia. Forma ‘los cantores’ y es entonces cuando la música tradicional popular va a ser la base de la renovación musical que emprende el Conservatorio de Santa Capilla con Sojo (Vicente Emilio) como líder. Ahí está el Curruchá con Juan Bautista Plaza, el joropo de Moisés Moleiro”, comenta con emoción Alejandro Bruzual.

-¿Qué nos vamos a encontrar en el Otro Lauro?

-La sorpresa de un Lauro guitarrista y cantante. El compositor para guitarra y cantante. Es una sorpresa porque no es la guitarra o lo coral  que se conoce. El repertorio de guitarra y canto presenta a un personaje mucho más complejo en términos artísticos e incluso en términos vitales, puesto que vamos a tener una obra popular y una obra de estéticas más complejas de corte nacionalista por supuesto. Es una visión que complejiza al Lauro propiamente guitarrista.

Finalmente señala que esta “conferencia concierto va a recoger la vida de Lauro a través del cantante”, y habla de otra sorpresa: “Hay un vals para guitarra y canto que no ha sido grabado y solo se hizo una versión solo para guitarra. El texto es basado en un soneto de Andrés Eloy Blanco, “La que no vuelve”.

Así pues despedimos a Alejandro Bruzual con la idea de encontrarnos el domingo 19 de marzo a las 4 de la tarde en el Centro Cultural BOD para concretar ese encuentro con el “Otro Lauro”.

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