Los recuerdos arrinconan a las peleas en la noche más familiar de Pimpinela en Viña del Mar

Poco importó que el concierto empezara al filo de las 2 de la madrugada en una fría noche en el anfiteatro de la Quinta Vergara

Las peleas quedaron en un segundo plano en el regreso de los Pimpinela al Festival de Viña del Mar, tras 36 años de su primera y hasta hoy única vez en el escenario de la ciudad chilena. La razón, los recuerdos que sobrevolaron el primer recital de los hermanos Galán, tras la muerte de su madre.

El público desprendió un fuerte calor humano para el dúo argentino, ya que, además de corear todas sus canciones, exigió que se les entregara la emblemáticas Gaviotas de Plata y Oro.

Tras recibir de los presentadores del festival, María Luisa Godoy y Martín Cárcamo, su primera Gaviota de Plata -«una gaviota que nos va a seguir haciendo volar», reconoció el dúo-, la organización del festival emitió una vieja entrevista a la madre de los cantantes a modo de homenaje.

«¡Oro!, ¡oro!, ¡oro!», empezaron a corear los espectadores, para reclamar otra gaviota más de esa categoría, que finalmente recibieron los hermanos.

Rocío, la hija de Lucía, y Francisco, el de Joaquín, aparecieron en el escenario para compartir, junto a sus padres y más allegados, la canción «La familia», con la que se cerró definitivamente el capítulo emocional de la noche para sacar del cajón su mayor hit.

«Por eso vete, olvida mi nombre, mi cara, mi casa y pega la vuelta»…. Al sonar el himno, la Quinta Vergara no podía vibrar más, ya casi a las 3 de la mañana.

Con «Una estúpida más», «Cuánto te quiero» y «Hay amores que matan», los Galán, que en 2019 recibieron el Latin Grammy a la Excelencia Musical y han editado hasta el momento más de 25 discos, decidieron dar por cerrada la velada.