Acceder a la lectura puede ser tarea fácil en estos tiempos, si tomamos en cuenta que todos estamos subyugados por los canales de mensajería y redes sociales… pero comprar nuevos textos, tener tiempo para hacer una buena lectura o dedicarse a cultivar el hábito de leer, es otra cosa
Este martes 23 de abril, cuando se celebra el Día Internacional del Libro, Contrapunto hizo un paseo por el céntrico bulevar de Sabana Grande donde algunos vendedores le sacan el polvo a las hojas y colocan sus libros viejos dentro de maletas o sobre una sábana.
Aunque pocas personas suben y bajan por el bulevar con libros en las manos nos dedicamos a indagar, ¿qué leen los caraqueños en estos tiempo?… y de verdad, ¿leen?
Cerca del centro comercial City Market, Benjamín Sánchez, estudiante de gerencia y barista, estaba sentado en una librería leyendo una copia de Los Porqués de la Historia, de la editorial El Ateneo. Benjamín se confesó fanático de las novelas, pero que lo más le gusta son libros de historia y ajedrez.
¿Cómo obtiene sus libros? Contestó que haciendo intercambios entre amigos, algunas veces se los prestan, y sí los devuelve. “Yo creo que la gente no está leyendo libros, leen más redes sociales”, dijo sentado en un banco de Sabana Grande.
Justo al frente de donde el equipo de Contrapunto conversaba con Sánchez, estaba con una maleta color gris, sentado y conversando con una vendedora de dulces, Jack García. Respondía «a la orden» ante cualquier persona que se acercaba a su puesto de trabajo.
García tiene 10 años en ese lugar. Vende libros de leyes, y una que otra novela venezolana de Miguel Otero Silva o poemarios de Andrés Eloy Blanco. “Siempre compran libros, la gente siempre leerá”, aseguró mientras un cliente consultaba por el costo de un libro llamado El diccionario erótico de Venezuela.
Un poco más arriba de la arteria peatonal, donde se unen dos municipios y la ciudad se vuelve una sola, viendo por el vidrio de una librería estaba Génesis Hernández, asombrada por los costos de algunas copias escritas por Megan Maxwell, aunque también le encanta Gabriel García Márquez porque la inspira a ser «una mejor persona».
“Yo suelo comprar aquí en Sabana Grande, pero últimamente voy al Puente Fuerzas Armadas”, sentenció la estudiante de Informática del INCES.