Hay un disfraz que evoca el camino del héroe, y otro, la sombra del inconsciente, señala el psicólogo Richard Pacheco
El Carnaval se adentra en el tiempo del desparpajo. Las personas pueden sentirse libres de ataduras, y por eso el ejecutivo que de lunes a viernes va de paltó y corbata, aparece el lunes o el martes con el traje de Supermán o de drag queen. O la señora que pasa la vida manteniendo la mecánica del hogar, se lanza con un traje de chica de tubo para pasear por el bulevar.
El psicólogo Richard Pacheco señala que «la utilidad psicológica del Carnaval es el experimentar el caos y la desinhibición dentro un contexto de control».
Generalmente los seres humanos «somos responsables y comedidos, respetuosos del otro y de los acuerdos sociales establecidos, y el Carnaval representa la posibilidad de soltar esos acuerdos».
Recuerda que, etimológicamente, Carnaval «proviene del latín carne levare, que puede traducirse como quitar la carne. Esto no es casualidad, pues representa dejar atrás de manera controlada todo lo que nos constipa y contrae, para darle rienda suelta a la celebración y a la despreocupación de una forma que es socialmente aceptable». Según su visión, «esto genera un necesario equilibrio entre las exigencias de la vida cotidiana y la simple felicidad de vivir en el presente».
¿Cuáles son los disfraces elegidos? «Generalmente los disfraces que vemos en Carnaval son de dos tipos: el primero, aquel que evoca imitación, los superhéroes y las princesas, que representan el camino del héroe, y es el llamado a un ideal que ansiamos para nosotros. Por ejemplo, un niño puede disfrazarse de Messi, pues intuye en esta persona características y valores dignos de emular».
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El segundo es «el que manifiesta la sombra del inconsciente, el monstruo y la bruja, que son energías que comúnmente no usamos en la vida cotidiana, por lo que su exploración resulta atractiva en un espacio donde tenemos permiso para hacerlo». Tal vez una niña «puede desear disfrazarse de la villana de un cuento, quizá en casa le han enseñado a ser siempre ‘una buena niña’, lo que no ha permitido la exploración de esas partes oscuras del ser que se encuentran dentro de cada alma humana».
-¿Qué significa el disfraz desde el punto de vista psicológico?
-Para el psicólogo Carl Gustav Jung, “la persona” representa a una imagen que hemos construido para el mundo externo, la proyección de nuestra actualidad con la que nos mostramos al mundo. Sin embargo, existen energías psicológicas dentro de nosotros que representan parte de nuestro potencial humano. El disfraz es la invitación a abandonar nuestra propia persona para ingresar a un mundo de roles y posibilidades distintas; es la exploración de algo que consideramos oculto o invisible dentro de nosotros, por lo que su reconocimiento nos hace seres más completos