Nuestra astróloga Erika Ramos nos adentra esta semana en el tema de la carta astral y nos dice que «no es solo un oráculo, sino que es una herramienta valiosísima para ver las energías que nos influyen a través de los planetas, y el modo en que al hacernos conscientes nos relacionamos con dichas energías»
En esta entrega dominical queremos invitar a nuestros lectores de Contrapunto a reflexionar y dar algunas claves de la astrología como una herramienta fundamental para una dinámica de búsqueda interior. En este sentido, es importante recordar que la carta astral o carta natal, es un diagrama geocéntrico que muestra la ubicación de los planetas y otros puntos de referencia en el cielo al momento de nuestro nacimiento y venida a la tierra.
Cuando nos enfocamos en la astrología de manera terapéutica, vemos como la misión del astrólogo consiste en ayudar al consultante a comprender las energías en las sombras que le están causando sufrimiento. Comprender esas sombras es una forma de comenzar a vivirlas de otra manera y, probablemente, de conseguir que se desarrollen de forma más favorable en lo que nos queda por vivir.
Al leer la carta astral de cada persona, podremos darnos cuenta de la forma en que creemos que las causas de los problemas que enfrentamos cotidianamente tienen un origen interno.
Empezaremos a entender que no es el “destino” algo que nos sucede de manera irremediable y frente a lo cual no podemos hacer nada. Por el contrario, vamos conectándonos con el protagonismo de nuestras vidas en todo lo que nos sucede.
Poco a poco se comienza a tomar consciencia que esos sucesos en los que tanto se sufre y que tanto se repiten, no son más que la proyección en el exterior, de sus sombras, es esa parte de sí que niega y que entonces por desconocimiento de sí mismo, se repiten hasta hacernos víctimas.
La lectura de la carta astral es una invitación constante a ser responsables de nuestras vidas, de lo que aparece en esa carta astral.
El inconsciente que se muestra en la casa 12 de la carta astral, por ejemplo, permite revelar lo desconocido en el interior de la persona, una parte que le es oscura y a la que es difícil acceder. Esta casa también muestra aspectos de la vida de la persona que han quedado guardados o reprimidos, y que podrían explorarse a fin de que ya no sean una causa interna de problemas que se enfrentan cotidianamente.
Cuando hablamos de sombras o cuando otorgamos al consultante de una carta la clasificación según algún arquetipo conocido dentro de la psicología junguiana, estamos viendo como se le da a la astrología un enfoque terapéutico.
Podemos apreciar entonces, cómo la carta astral no es solo un oráculo sino que es una herramienta valiosísima para ver las energías que nos influyen a través de los planetas y el modo en que al hacernos conscientes, nos relacionarnos con estas energías. Mientras no nos hagamos conscientes de estas energías, viviremos en sombras, viviendo las experiencias de vida desde el sufrimiento y siendo víctimas de las circunstancias.
Dejando a un lado la función adivinatoria que se le quiera otorgar a la astrología y que durante mucho tiempo ha sido el enfoque que muchas personas le han dado, es importante ver los acontecimientos astrológicos como energías que nos influyen a través de los planetas y el modo en que la psiquis puede descifrar y relacionarse con esas energías. Ser conscientes de cada evento y aspecto de nosotros mismos y que nada permanezca en sombra, sin la posibilidad de ser utilizada cualquier herramienta que esté en nosotros de manera evolutiva.
Solo siendo conscientes de nuestra esencia y nuestras tendencias podremos vivir la vida de modo más responsable de los resultados que queremos.
Conociendo nuestra carta astral podemos aprender a colaborar con lo que se muestra como una fuerte tendencia y trabajar en encontrar el significado de cada elemento de nuestra carta. Es la posibilidad de descubrir en nosotros mismos profundidades desconocidas. Y sobre todo, la astrología nos ofrece la posibilidad de aprender a usar las crisis de la vida como oportunidades de crecimiento y de evolución.
Ante lo que nos muestra la carta astral, la cuestión es ver la forma de no vivir desde el dolor, las crisis o los cambios, sino más bien buscar la manera de entender cada periodo de nuestras vidas y sacar partido como protagonista de la forma más creativa posible.
Vivir plenamente significa experimentar y aceptar tanto la luz como la oscuridad. En la vida habrá inevitablemente momentos de trastornos, de angustia, de sentir que no hay salida, pero nada nos impide encontrar maneras de crecer y de aprender gracias a esos momentos.
En la actualidad hay una mayor disposición del individuo para emprender una búsqueda de si mismo, adquirir mayor consciencia y trabajar por su presente y su futuro.
Durante una consulta de lectura de la carta astral, es importante dejar de lado las causas externas de una situación que se repite, y analizar más bien en las acciones que el individuo está repitiendo de manera consciente o inconsciente, se repitan y permanezcan a lo largo del tiempo.
Ciertos problemas que creemos externos, son en realidad parte de nosotros, energías de nuestra carta astral, que proyectamos desde lo más profundo de nosotros mismos, de manera inconsciente y muchas veces no lo vemos, ni siquiera lo reconocemos porque está en sombra.
Las proyecciones de estas sombras supone que hay aspectos de nuestros juicios y nuestra subjetividad, que no solo no reconocemos sino que son proyectadas en otras personas, encontrando en ellas aspectos que pueden disgustar pero que en realidad son parte de nosotros.
La lectura de la carta astral invita no solo a la comprensión racional de los aspectos que allí aparecen, sino también una conexión holística que nos permita integrar lo que allí aparece y meditarlo a fin de trascenderlo.
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