Las Naciones Unidas continúan siendo el pilar fundamental para la cooperación y la resolución de conflictos a nivel global.
La próxima Asamblea General reunirá a líderes mundiales para definir políticas exteriores y abordar temas críticos como el persistente conflicto entre Israel y Palestina. El reciente voto favorable de 142 Estados miembros a la creación de dos Estados reafirma el compromiso internacional con la resolución histórica de la ONU de 1947, que buscó establecer la coexistencia soberana de Israel y Palestina.
Este respaldo también implica una condena clara al terrorismo, especialmente al de Hamás, y subraya la necesidad de garantizar la seguridad de Israel junto con la protección y reconocimiento del Estado palestino.
Este escenario resalta la urgencia de retomar el diálogo y la negociación como instrumentos esenciales para lograr una paz sostenida en Medio Oriente, una región cuya estabilidad impacta la geopolítica global y afecta directamente a mercados energéticos clave, incluyendo a países latinoamericanos productores de petróleo como Venezuela.
Además, la revisión de los Acuerdos Abraham por parte de Estados árabes y países islámicos representa una oportunidad para fortalecer vínculos políticos, económicos y comerciales con Israel, consolidando una nueva dinámica regional.
En definitiva, avanzar hacia una solución pacífica en Medio Oriente es imprescindible no sólo para la región, sino para el equilibrio y la estabilidad internacional.






