Algunas imágenes presagian grandeza: retratos de un talento en bruto antes de alcanzar su pleno desarrollo.
Piensen en el chico con flequillo despeinado, encaramado con júbilo en la espalda de Ronaldinho. O en el adolescente delgado de pelo rubio oxigenado, abriéndose paso entre la defensa del Inter de Milán con los colores blaugrana. Casi dos décadas separan el primer gol de Lionel Messi con el Barcelona del impresionante tanto de Lamine Yamal en la semifinal de la Champions League, su partido número 100 con el gigante catalán.
Aún así, los paralelismos son imposibles de ignorar.
Yamal, apenas un mes más joven que Messi cuando marcó aquel icónico golazo bombeado tras una asistencia de Ronaldinho en 2005, ya ha acaparado titulares. Campeón de la Eurocopa con España y triplete nacional con el Barcelona —incluyendo Liga, Copa del Rey y Supercopa—, Yamal acumula un currículum impresionante antes de cumplir los 18 años.
Antes de enfrentarse al Inter de Milán la semana pasada, Yamal declaró humildemente: «No quiero compararme con el mejor jugador de la historia del fútbol». Pero, ¿cómo no iban a surgir las comparaciones?
Desde su debut con tan solo 15 años y 290 días , el ascenso de Yamal ha superado a Messi y Cristiano Ronaldo a la misma edad. A los 17 años, ya había alcanzado los 100 partidos con el Barcelona, algo que Messi logró justo antes de cumplir los 21. Ronaldo, en comparación, llevaba cinco goles en 19 partidos con el Sporting CP en ese momento. Yamal cuenta con 22 goles y 27 asistencias con el Barça, además de cuatro goles en 19 partidos con la selección española, una hazaña que ni Messi ni Ronaldo lograron antes de los 18.
Aun así, las cifras solo cuentan una parte de la historia. La narrativa más amplia trata sobre la identidad, la influencia y el entorno.
Messi, el reservado niño argentino que llegó a Barcelona a los 13 años necesitando tratamiento con hormona de crecimiento, apenas hablaba en sus primeros días en La Masía. Era cauto, respetuoso y discretamente brillante. Su liderazgo creció con el tiempo, convirtiéndose en un referente para los recién llegados.
Yamal, por otro lado, siempre ha sido diferente: más ruidoso, más expresivo, con una confianza más propia de Ronaldo. Nacido y criado cerca de Barcelona, en la zona costera entre Granollers y Mataró, se siente orgulloso de sus raíces. Su celebración característica, formando el número «304» con los dedos, rinde homenaje a su código postal, Rocafonda .
Irónicamente, Yamal se cruzó con Messi en 2007, siendo un bebé, en una sesión de fotos de UNICEF. A los 12 años, los medios españoles ya lo apodaban «el próximo Messi». El club incluso rompió el protocolo al alojarlo en La Masía, normalmente reservada para promesas de fuera de la ciudad, para ayudarle a nutrir su talento y ofrecerle una estructura en un entorno desafiante.
Ahora, viviendo en su propio apartamento cerca del campo de entrenamiento, Yamal está forjando su propio camino, conectado e independiente del legado de Messi. Según Pau Moral, exentrenador de La Masia, Yamal no tuvo una infancia fácil, pero con el apoyo del club, va por buen camino.
El experto en fútbol español Guillem Balagué describe a Yamal como «completamente intrépido», citando sus declaraciones sinceras y su descarada confianza. Antes de enfrentarse al Inter en la Champions League, el adolescente comentó: «Dejé todos mis miedos en el parque de mi barrio». Tras ganar la Copa del Rey, desestimó con frialdad las críticas a sus celebraciones: «Mientras siga ganando, no podrán decir gran cosa».
Esta mentalidad refleja la fe de Cristiano Ronaldo en su propia grandeza: un sentido de destino forjado no por instrucción, sino por instinto. «Cree que puede volar», dice Balague, comparando a Yamal con Ronaldo. «Nadie le dijo que no podía».
Y mientras sigue batiendo récords y redefiniendo las expectativas, tanto los aficionados como los apostadores siguen de cerca su próximo movimiento. Para quienes disfrutan de las apuestas deportivas, seguir de cerca el rendimiento de Yamal podría hacer que el próximo partido del Barcelona sea aún más emocionante. Ya sea en los mercados de goles o en las predicciones de asistencias, el adolescente ya está causando sensación en el mundo de las apuestas, al igual que en el campo.
Con tan solo 17 años, Lamine Yamal ya ha grabado su nombre en la historia del Barcelona. Ya sea que iguale los récords de Messi o labre su propio legado, una cosa está clara: no solo es el futuro del Barcelona. Es el presente.
