«Lo que se viene encima de los colaboracionistas será muy fuerte», estimó el economista
La juramentación del mandatario Nicolás Maduro el pasado 10 de enero tiene un conjunto de consecuencias para el país.
«La postergación en la salida del chavismo va a hacer más difícil, y retrasará, el inicio del proceso de reconstrucción que necesariamente debe aplicarse para que Venezuela frene su desplome primero, y alcance unos equilibrios mínimos después, para finalmente, a la vuelta de unos pocos años, pueda nuevamente comenzar a crecer. Porque no hay que perder de vista que la gigantesca masa de pobres que tiene Venezuela (entre el 85 y el 90%) le pone mayor urgencia a la necesidad del cambio», indicó el analista y economista Benjamín Tripier en una reflexión difundida públicamente.
En relación con lo sucedido el pasado 9 de enero, con la detención y posterior liberación de María Corina Machado, señaló: «Si bien está claro que el control de la revolución lo tiene Cabello (los radicales), el ala de Maduro (los institucionales) tuvo la fuerza suficiente como para argumentar que encarcelar o lastimar a María Corina les hubiera traído un terremoto que podría afectar sus planes de terror controlado, atrapando y soltando a sus presas, según sus necesidades. Esto de María Corina hubiera acabado con todo casi inmediatamente… pero con un costo elevadísimo».
Con base en el análisis del contexto, Tripier comparte consejos para el gobierno, para la oposición y para el sector empresarial.
«Al gobierno: Que use positivamente la ventana de tiempo que consiguió asumiendo la presidencia sin contar con el respaldo de los votos, y ajuste el marco jurídico del mercado laboral y cambiario, así como que impulse una liberalización de los flujos de comercio (porque no contarán con flujos de inversión); de forma tal de flexibilizar las condiciones para que el sector empresario pueda maniobrar con libertad en esta etapa de tsunami que se cernirá sobre Venezuela, con sanciones derivadas del accionar político del chavismo», manifestó.
«A la dirigencia opositora: Que, frente al cambio en las condiciones de juramentación y asunción de la presidencia, revise los planes, ahora desde base cero, e incorpore al modelo de análisis los elementos que funcionaron como restricciones. Ya sea las que previeron y no se comportaron como se esperaba, y las que no vieron y se presentaron. Sea como sea, en esta etapa, de estar tan cerca de recuperar la libertad y la democracia, hay que replantearse la situación y poner en perspectiva lo que ya sabemos, que es que el pueblo saldrá a la calle cuando sea necesario, pero no se inmolará… y eso también lo sabe el chavismo», reflexionó.
«A la dirigencia empresarial: Que mida muy bien los siguientes movimientos, porque lo que se viene encima de los colaboracionistas será muy fuerte. De hecho, deberían revisar la lista de los dos mil sancionados con familiares, con activos congelados y restricciones de movimiento. El diablo siempre paga mal… y si no que lo digan los empresarios “amigos del chavismo” que ahora están presos o que no se animan a regresar de vacaciones».