Fue presidenta de la Academia de Cine española entre 2000 y 2003, el año de la gala que se conoció por el ‘No a la guerra en Irak’ y manifestó su compromiso político hasta el último momento, participando y leyendo el manifiesto el pasado 30 de noviembre en una concentración en Madrid por el alto el fuego en Gaza
La actriz española Marisa Paredes, una de las grandes intérpretes de los últimos años, falleció a los 78 años.
Según fuentes de su entorno cercano, el fallecimiento ha sido repentino y la actriz se encontraba en perfecto estado hasta al menos el pasado domingo, cuando acudió al Teatro Español a ver la representación de ‘Luces de Bohemia’ en la que participaba su hija, la también actriz María Isasi.
Después de la función, estuvieron «tomando unos vinos y charlando», según esas fuentes.
La actriz, con una larga trayectoria en el teatro, el cine y la televisión, era un rostro ligado a la figura del cineasta Pedro Almódovar, con quien colaboró en múltiples películas como ‘Tacones lejanos’ (1991) y ‘La flor de mi secreto’ (1996), en ambas como protagonista.
Con Almodóvar siguió colaborando en películas como ‘Todo sobre mi madre’ (1999), ‘Hable con ella’ (2002) y ‘La piel que habito’ (2010).
Una de las grandes divas del cine español en una carrera de más de seis décadas, también participó en películas como ‘El espinazo del diablo’ (2001), del mexicano Guillermo del Toro, y ‘La vita è bella’ (1997) del italiano Roberto Benigni.
Su aparición en filmes internacionales incluye trabajos con el mexicano Arturo Ripstein (‘Profundo carmesí’, 1996, y ‘El coronel no tiene quien le escriba’, 1999), el israelí Amos Gitai (‘Golem, l’esprit de l’exil’, 1992), el suizo Daniel Schmid (‘Hors saison’, 1992), el francés Raoul Ruiz (‘Trosi vies et une seule mort’, 1996, donde compartió cartel con Marcello Mastroianni), o el portugués Manoel de Oliveira (‘Espelho mágico’, 1977).
Paredes (Madrid, 1946) fue Premio Nacional de Cinematografía (1996), Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes (2007) y Goya de Honor 2018 por «una prolífica y prolongada carrera, trayectoria que mantiene con absoluto vigor, apostando en numerosos trabajos por proyectos cinematográficos nacionales e internacionales definidos por el riesgo y el prestigio».
Asimismo, fue reconocida en España con la Espiga de Honor de la Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci), con la Gran Medalla Vermeil de la Villa de París, así como premios cinematográficos en certámenes como el de Karlovy Vary (República Checa), Taormina (Italia), Gijón o Málaga, en España.
Fue presidenta de la Academia de Cine española entre 2000 y 2003, el año de la gala que se conoció por el ‘No a la guerra en Irak’ y manifestó su compromiso político hasta el último momento, participando y leyendo el manifiesto el pasado 30 de noviembre en una concentración en Madrid por el alto el fuego en Gaza.
La inolvidable
Más de setenta películas, ochenta ficciones televisivas y quince obras de teatro dan idea de la trayectoria de esta ‘chica Almodóvar’ que pronunció frases que han pasado a la historia del cine español: «¿Existe alguna posibilidad, por pequeña que sea…de salvar lo nuestro?» (‘La flor de mi secreto’, 1995).
El director español le dio también papeles míticos en ‘Tacones Lejanos’ (1991), y apareció en ‘La piel que habito’ (2011), mientras que le puso el hábito de ‘Sor Estiércol’ en ‘Entre tinieblas’ (1983).
Las primeras actuaciones de Paredes se produjeron en los años sesenta, en películas como ‘Canción de cuna’ (1961), de José María Elorrieta, en la que actuó también siendo adolescente, o la muy notable ‘El mundo sigue’ (1965), de Fernando Fernán Gómez. A finales de esa década, en 1967, apareció en un episodio de los cuentos de terror de ‘Historias para no dormir’ de Narciso Ibáñez Serrador en la televisión pública española.
Ya en los setenta se prodigó mucho por la pequeña pantalla en las series teatrales que tanto se popularizaron en blanco y negro en España.
En los años ochenta siguió compaginando la televisión (como en el programa teatral ‘Estudio 1’) y el cine (‘Ópera prima’, 1980, Fernando Trueba; ‘Las bicicletas son para el verano’, 1984, de Jaime Chávarri, o la ya citada ‘Entre tinieblas’).
A partir de los noventa compaginó sus colaboraciones con Almodóvar con la televisión y otros directores que ya conocía como Chávarri, del que protagonizó ‘Tierno verano de lujurias y azoteas’ en 1993 junto a Gabino Diego e Imanol Arias.