Un año después de ganar el Mundial, ¿la consagración europea? Hugo Lloris ha tenido una temporada movida, pero el portero francés del Tottenham puede acabarla bien el sábado en la final de la Liga de Campeones contra el Liverpool, un cierre soñado para un «año loco» para él
Entre el trofeo supremo ganado en Rusia, con repetidos errores y problemas judiciales, el capitán de los Bleus y de los ‘Spurs’ se ha visto inmerso en un torbellino desde la victoria de Francia en la final de la Copa del Mundo el 15 de julio de 2018.
Once meses más tarde, su Tottenham acaricia con la punta de los dedos un primer título de Liga de Campeones el sábado en el estadio Metropolitano de Madrid, donde nadie esperaba encontrarse con el equipo de Mauricio Pochettino.
«Ha sido un año loco, pero no sólo para nosotros» reconoció Lloris tras la semifinal ganada in extremis contra el Ajax de Ámsterdam (0-1, 3-2), añadiendo que «tras tres partidos en la fase de grupos estábamos prácticamente eliminados, y ahora estamos en la final», recordó el francés.
Lloris no ha brillado siempre esta temporada, pero el Tottenham ha multiplicado sus hazañas como en la vuelta de los cuartos de final de la ‘Champions’ en el campo del Manchester City (4-3).
No muy convincente en los dos primeros goles encajados, lo fue después interponiéndose ante Kevin De Bruyne y Sergio Agüero, contribuyendo a poner al Tottenham en semifinales.
Un buen resumen de su temporada, un tanto tortuosa desde que levantó la Copa del Mundo con Francia.
Primero tuvo una lesión en el muslo, que le tuvo un mes en el dique seco al inicio de temporada, después la condena por un tribunal a 20 meses de suspensión del permiso por conducir ebrio en las calles de Londres.
A ello se unió un otoño lleno de errores clamorosos, especialmente en Liga de Campeones. Como, por ejemplo en octubre, una mala salida en Wembley que permitió al Barça adelantarse tras sólo dos minutos, iniciando una noche de pesadilla (derrota 4-2).
Unos días más tarde se produjo un encontronazo con Hirving Lozano y una expulsión contra el PSV (2-2). Y por último, ese cabezazo intrascendente de Mohamed Salah, mal rechazado que acabó con el gol de la derrota en Liverpool (2-1) el 31 de marzo. Un error que toma una proporción particular ante el partido del sábado.
En resumen, a sus 32 años, el portero de los Bleus tiene tendencia a cometer el peor error tras una bonita parada, o a la inversa, resarcirse con clase tras un momento difícil.
«A lo largo de una temporada, siempre hay altibajos», dijo Lloris el lunes a la AFP, añadiendo que «basta con intentar ser lo más constante posible y dar lo mejor de uno en los momentos más importantes del año».
¿Qué Lloris aparecerá el sábado? ¿El capitán capaz de transmitir seguridad a su defensa y de imponerse a los delanteros rivales o el portero a veces irregular en los partidos importantes?
En la final de la Eurocopa de 2016, Lloris falló en un tiro que no parecía peligroso, pero que finalmente fue decisivo del goleador portugués Eder, con lo que el portero y Francia acabaron perdiendo (1-0 en la prórroga).
En la final del Mundial de 2018, el francés falló su regate al delantero croata Mario Mandzukic, que redujo la ventaja, sin consecuencias para los Bleus (4-2).
Pero, tal vez estas experiencias, malas o buenas, hayan reforzado al portero del Tottenham, muy ambicioso antes de la primera final de ‘Champions’ de la historia de los Spurs.
«La Liga de Campeones es un trofeo grande comparable a una Copa del Mundo o a una Eurocopa. Y creo que trabajamos cada día para ganar trofeos. Será una gran historia si ganamos el sábado», advirtió Lloris.