El exmandatario colombiano participó en el foro sobre los desafíos que tiene la integración de América Latina y el Caribe organizado por el Sistema Económico Latinoamericano y del Caribe en su sede en Caracas
El expresidente de Colombia, Ernesto Samper, resaltó que hoy el mundo demanda un mayor no alineamiento de los países de forma activa para no marcar diferencias desde cómodas posiciones sino que vayan entorno a los temas estructurales como la pobreza y la alimentación.
Asegura que la guerra entre Ucrania y Rusia, así como el conflicto en Gaza pone al mundo en un nuevo escenario de guerra fría. Llamó la atención sobre el incremento de producción de armas por parte de Alemania.
«Hoy más que nunca necesitamos un no alineamiento activo para que no se desborden estos fenómenos y lleguen a unos extremos que nos puedan complicar la propia supervivencia en el plamneta», apuntó Samper.
Cree que para entender las integración en medio del complejo contexto mundial es necesario entender que se está desglobalizando el mundo a través de la estrategia que ha permitido la libre movilidad de los capitales y bienes.
Considera que se ha convertido en un juego de ganadores y perdedores, en el que son muchos más los que pierden que los que ganan.
«A mi juicio ese proceso de desglobalización tiene muchísimo que ver con el proceso de dolarización de la globalización. Hemos convertido, sin darnos cuenta, al dólar en la moneda única en la globalización», aseguró.
Añade que este proceso está causando que 32 países, objeto de restricciones económicas, se queden fuera de la globalización.
Ante esto propone la «desdolarización» como una nueva palabra ligada a la globalización, por lo que propone que se debe lograr una moneda neutral y ajena a la política que sea ajena al proceso de sanciones a las naciones.
«Si mantenemos la condicionalidad del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial como patrones para imponernos unos determinados modelos de desarrollo, si dejamos que esto prospera, simple y sencillamente vamos a terminar acabando con la globalización o lo poco que habíamos avanzado de la globalización»
Propone una nueva arquitectura financiera que rompa con el binomio globalización-dolarización que debería ser el principal propósito de una nueva política macroeconómica de Latinoamérica.
«Tenemos que fortalecer nuestros bancos regionales de desarrollo, mecanismos de financiación como la CAF, como el banco BNDC en Brasil, o los distintos bancos de desarrollo que existen en la región», dijo.