«Como dirigente político me puedo permitir las licencias que no se puede permitir un candidato que ahora es candidato y después va a ser presidente. El candidato tiene cosas que callar, y cuando sea presidente, muchas cosas más tendrá que callar para poder gobernar», aseveró
Cuando Henry Ramos Allup se subió las mangas de las camisa al intervenir en el acto de lanzamiento de campaña de Carlos Prosperi, la gente que estaba a su alrededor se echó a reír. Todos sabían que su lengua filosa comenzaría a actuar. Y no se equivocaron. De entrada, aclaró que, como secretario general de Acción Democrática, podía decir las cosas que el candidato no puede abordar. Por ejemplo, el compromiso con la transición democrática.
«Como dirigente político me puedo permitir las licencias que no se puede permitir un candidato que ahora es candidato y después va a ser presidente. El candidato tiene cosas que callar, y cuando sea presidente, muchas cosas más tendrá que callar para poder gobernar», aseveró. «Pero, para salvar esa circunstancia estamos los que no somos ni candidatos ni presidente; eso sí, un soporte fundamental de quien hoy es candidato y mañana será presidente».
Antes de hablar, Ramos Allup hasta bailó y demostró que goza de muy buena salud.
El gobierno tiene muy claro que este es el partido a derrotar, hasta el punto de judicializarlo «con la mala suerte de que los beneficiarios de esa judicialización» son «una especie de cloaca pútrida».
Si es verdad que alguien está conspirando con militares, ¿cómo lo va a decir?, interrogó en su intervención. Ramos Allup reiteró, también, que se desmarcan de cualquier intento violento.
Ramos Allup enfatizó que un proceso de transición incluye coexistencia con los enclaves autoritarios, y así debe ser entendido.
«No vamos a reproducir lo que hace este régimen, que hace de la persecución, la cárcel y exilio una política de Estado», prometió.