La normalidad internacional no la hemos resuelto, subrayó el secretario general de Cambiemos y presidente de la Comisión de Política Exterior, Soberanía e Integración
Venezuela tiene que ir a un nuevo diálogo «cuyo leitmotiv fundamental es la economía», aseveró el diputado Timoteo Zambrano, secretario general de Cambiemos y presidente de la Comisión de Política Exterior, Soberanía e Integración de la Asamblea nacional. Ya no se trata «de tener una agenda de un sector o de varios sectores aisladamente; se trata ahora de una agenda país, que es importante».
Falta por resolver «la normalidad internacional, que no la hemos resuelto» y que tiene al menos dos componentes, argumentó: El de la migración, para lo cual «es importante tener nuevos interlocutores con ellos y que todo el mundo regrese, que nadie se quede atrás»; y el de la comunidad internacional. «Hay que diseñar una nueva política desde el Estado, desde el gobierno, para restablecer una relación con ese conjunto de gobiernos». Para eso se necesita una política conjunta Parlamento-Ejecutivo, defendió.
Recordó que en la CAF y en otras instancias internacionales como el Banco Mundial y el BID «tenemos recursos represados, congelados, que nos corresponden; el conjunto de estas decisiones nos puede dar el desbloqueo de ese dinero que tanta falta nos hace».
En entrevista con el periodista Boris Castellano para el programa 360, transmitido por VTV, Zambrano afirmó que ve el país mucho más normalizado «producto de las negociaciones». A su juicio, el país ha asumido la importancia de la normalización de la vida política nacional.
«Ya no vemos hoy el país del año 2002, por ejemplo, o el país de 2018, 2019, 2017. Ya en 2020 estábamos transitando por un país distinto. Logramos un cambio importante en el Consejo Nacional Electoral para ese momento, fuimos a elecciones el 6 de diciembre de 2020, elegimos esta nueva Asamblea Nacional y esa elección fue muy trascendente, porque logra anular esa dualidad de poderes que había para ese momento, y que después de eso es inexistente», subrayó Zambrano.
El parlamentario indicó que, igual que en el año 2002 las negociaciones lograron «evitar una guerra civil», las elecciones de 2020 evitaron «una invasión de Venezuela». El diálogo, entonces, es fundamental para dirimir diferencias, insistió. «Sigo apostando por eso».
«Ahora entramos en un nuevo diálogo, que es lo que se está planteando. Ese nuevo diálogo no debe partir del conflicto, porque ya Venezuela en lo interno no tiene ese conflicto. Si nosotros partiéramos del conflicto estaríamos sirviendo a la estrategia que Estados Unidos y algunos factores internos deseen que continúe», razonó.
Según Zambrano, hay sectores radicales de la oposición venezolana que dialogan con el gobierno. «Ese sector debería hablar con todo el resto de la oposición. Es un elemento central: el reconocimiento. Si no hay reconocimiento no habrá unidad de la oposición».
El diputado indicó que este reencuentro de la oposición podría ocurrir si apareciera un outsider: «El surgimiento de un outsider, mujer u hombre, en la oposición. A partir de ese outsider se empieza a unir todo el mundo alrededor de esa persona, hombre o mujer». Para el dirigente «puede ocurrir, en estos dos años, que puede insurgir alguien y alrededor de ese alguien se junta toda la oposición». Si «surge alguien que conecte, no necesariamente del liderazgo político, porque puede venir del sector privado, o de la academia, ¿qué va a hacer el país? Va a ir detrás de esa preferencia electoral que le va a marcar el ciudadano. Por eso puede venir la unidad por esa ruta».
En cuanto al diálogo en México, señaló que «deben ir los que han estado en México», y este escenario debería servir para refrendar los acuerdos entre los gobiernos de EEUU y Venezuela, y cerrar ese capítulo. El diálogo, en su criterio, debería nacionalizarse y desarrollarse con otro formato «mucho más amplio, mucho más incluyente, donde no solo esté la política; que estén los sectores de la sociedad civil, sectores económicos, sectores productivos, gobernadores, gobierno, partidos políticos. El formato cambiaría». Podrían participar dirigentes como María Corina Machado y Juan Guaidó, porque «la oposición moderada no veta a nadie».
Estimó que las sanciones «van a ir decayendo».