La Sociedad Venezolana de Ingenieros Agrónomos calcula que 95% de lo que se produce es por iniciativa del sector privado
Como un boxeador que debe competir con un brazo amarrado. Este parece ser el mejor retrato de cómo fue este año en el campo venezolano. Hay, al menos, dos razones para comparar a los productores con un púgil recortado: la ausencia de financiamiento público y la importación de alimentos.
Diciembre es el mes de los balances. El de la Sociedad Venezolana de Ingenieros Agrónomos y la Asociación Venezolana de Agricultura Familiar es dulce y amargo. Obligados por la situación, los productores se las han apañado con sus propios recursos. Incluso, sin lo necesario para trabajar, como el gasoil. Juan Carlos Montesinos, presidente de la asociación, recordó que pidieron al Ejecutivo la importación de combustible, sin respuesta.
«Hemos hecho énfasis en la importación desleal de alimentos», indicó Montesinos. Los productores venezolanos trabajan sin combustible, sin financiamiento, y además, deben competir con los productos de sectores que tienen todo a su favor. «Seguimos haciendo el llamado: que cesen las importaciones desleales». El dirigente detalló que esto ocurre con café, leguminosas.
En los anaqueles hay una lluvia de lentejas, frijoles, caraotas. «Un 70% de las leguminosas son importadas». También ocurre con cebolla, papa, cambur provenientes de otros países. «50% a 60% es por importación». Si la mirada se amplía a los alimentos procesados, sube a 70%, lo que perjudica a la agroindustria venezolana.
Lo que se observa en el país es «un milagro agrícola», porque sin apoyo del Estado, con las vías agrícolas destruidas y hasta sin conectividad ni servicios básicos los productores están trabajando. «El 95% es iniciativa del sector privado», estimó. En 2021 se produjeron 200 mil toneladas más de alimentos que en 2020.
No deja de reconocer que el cambio ha sido difícil para los pequeños productores, que pasaron del capitalismo de Estado al «sálvese quien pueda».
Listos para el CLAP y para exportar
En su revisión de 2021 los productores familiares reiteraron su llamado al gobierno para que incluya su producción en el Programa de Alimentación Escolar (PAE), los CLAP. «Estamos dispuestos a aportar hasta 665% de las necesidades de ese programa», subrayó Montesinos.
También «queremos formar parte de las exportaciones». De acuerdo con sus estimaciones 80% de las verduras, raíces, tubérculos y musáceas son producidos por los agricultores familiares. Necesitan, estimó, unos 700 millones de dólares para apalancar la producción.
Menos consumo
Los precios de los alimentos han llevado a la disminución del consumo. En el año 2012 se ingerían 28 kilos de carne por persona al año, pero hoy día esa cantidad bajó a 1,8 kilos, puntualizó Montesinos. De los 280 huevos por año se pasó a 30 o 40. No hay escasez en los anaqueles, aseguró, porque se contrajo el consumo.
Los fertilizantes, a escala mundial, aumentaron 131%, lo que desencadenó un incremento en el precio de los alimentos de al menos 10%, refirió López. Esto puede exacerbar las dificultades, especialmente para niños y adultos mayores.