Durante la ceremonia, que tuvo lugar en una de las salas del Palacio Imperial, en Tokio, el nuevo emperador de Jaón recibió una réplica de la legendaria espada Kusanagi y otra de una joya de jade, así como los sellos imperiales, objetos que simbolizan el poder del emperador
El emperador Naruhito recibió hoy los tesoros imperiales de Japón, en el primer acto programado como parte de las ceremonias de su ascenso al Trono del Crisantemo.
Este acto es el primero de una serie de ceremonias que forman parte de la ascención al trono de los nuevos monarcas del imperio de los crisantemos, con la que Nahurito se convierte en el emperador número 126 de la historia nipona, después de formalizarse en la víspera la abdicación de Akihito, quien se despidió de su cargo dando las gracias al pueblo «por aceptarle y por apoyarle» en sus funciones.
En la ceremonia ritual, Naruhito, de 59 años, quien sucede a su padre, Akihito, de 85, recibió una réplica de la legendaria espada Kusanagi y otra de una joya de jade, así como los sellos imperiales.
En el acto, que tuvo lugar en una de las salas del Palacio Imperial, en Tokio, estuvieron presentes sólo los integrantes varones de la familia imperial, así como representantes de las autoridades políticas.
La ceremonia, con el nombre de «Kenji to Shokei no gi», se prolongó por sólo cinco minutos, y asistió un reducido número de personas, incluidos el primer ministro, Shinzo Abe, y representantes de su Gobierno, de la Dieta (Parlamento) y de la Corte Suprema.
No estaba presente la nueva emperatriz, Masako. A la derecha de Naruhito estaba su hermano, el príncipe Fumihito, primero en la línea de sucesión. También se encontraba en el Salón Pino del Palacio Imperial el príncipe Hitachi, tío del nuevo emperador.