La obra, de más de 400 páginas ya está disponible en Caracas, en la cadena de librerías Tecni-Ciencias
Con el respaldo de Caligrama Editorial llega a Caracas «Tu mano en mi rostro», la tercera novela del escritor Jaime Huertas Fernández.
La novela pone sobre la mesa una pregunta clave: ¿A qué edad debe rendirse una persona? También, el debate entre una obra literaria y lo que no se considera una obra literaria.
“Ese fue mi principal interés, el debate de lo que se denomina una obra literaria. Luego quise narrar la historia de un escritor de novelas de vaqueros, saber un poco de su vida, qué lo motivó a escribir ese tipo de novelas y hasta dónde llegaba su capacidad cómo escritor. Y qué sucedería si un escritor reconocido, con experiencia en escribir obras consideradas de calidad literaria, se encontrara con un escritor de novelas populares y se le presentara la oportunidad de conversar sobre sus trabajos”, explica.
La obra, de más de 400 páginas ya está disponible en Caracas, en la cadena de librerías Tecni-Ciencias Libros.
La novela se está vendiendo en más de mil librerías en todo el mundo, “en formato digital”. En formato físico se consigue (por encargo) en varios portales de Europa: Amazon.es , Casa del libro, Fnac.com. En Estados Unidos puede conseguirse en Barnes and Noble.
Huertas, escritor venezolano de madre española y padre colombiano, es autor de “Panteón Vacío” (Caracas, 1992) y “Generaciones Vencidas (Caracas, 2004).
El autor también dirigió durante dos años la revista “Homo Sapiens Litteratus”, la cual lamentablemente se vio obligado a cerrar por la inflación y la falta de papel, entre otros problemas.
Con la fundación “Homo sapiens litteratus”, Jaime Huertas ha desarrollado varios eventos con niños en situación de riesgo, sobre todo de comunidades como Petare. La pandemia no ha permitido la continuidad de estos momentos mágicos de cuentacuentos, que espera retomar en 2021.
“Leer es una de las actividades que más se acercan a la divinidad. Sé la importancia que tiene. Quiero que los niños se interesen en leer, y luego pasen al hábito de la lectura. Ellos no lo saben, pero en poco tiempo, ese hábito se transforma en un don. Mi intención es ayudarlos a que disfruten de ese don”.