Los análisis van y vienen. Hay lecturas de los escenarios económicos para todos los gustos. Mientras algunos afirman que le están ganando la partida a «la guerra económica», otros alertan que solo se vive un repunte coyuntural
Venezuela está metida en una crisis política que se lleva la mayoría de los reflectores de la discusión en la opinión pública. El debate recurrente inunda las redes y medios.
Las preguntas giran alrededor de cuál de los parlamentos es el legítimo, quiénes serán los nuevos rectores del Consejo Nacional Electoral, Guaidó respaldado por las naciones más poderosas de occidente y su desgaste interno, Maduro y su manera de resistir la presión internacional y cómo se conecta con la base dura del chavismo para sostenerse ayudado por los rusos y los chinos.
Mientras esto pasa, el equipo económico, en voz baja, traza directrices para tratar de paliar las crisis cotidiana de la población.
Esto es lo que hay
Desde finales del año 2019, hay una suerte de sensación “de que la cosa ya no está tan mal”.
Al parecer, una serie de acciones en materia económica han ayudado al Gobierno de Maduro, a generar este clima.
Sin entrar en profundidades, podemos enumerar algunas decisiones del equipo económico de Miraflores, que entran a jugar a la hora de hacer el análisis de lo que se está viviendo en la calle.
Hay una suerte de apertura económica. La administración Maduro ha flexibilizado la política de control feroz sobre las áreas de la economía y entre ellas destaca un relajamiento de las normas de importación.
La imposibilidad del Estado de comprar en el exterior por la caída brutal de los ingresos petroleros y las limitaciones que imponen las sanciones de Estados Unidos, obligó al Ejecutivo a dar exenciones temporales a la importación de bienes que hoy ocupan los anaqueles de los establecimientos.
Esta medida no solo ha favorecido al boom de los bodegones, porque también los comerciantes que siguen apostando al mercado interno, y han logrado sobrevivir, tienen un mejor abastecimiento.
Esto no ha sacado al país de la hiperinflación, pero sí es cierto que el ritmo del aumento de los precios se ha desacelerado considerablemente al compararse con las proyecciones del FMI que, en algún momento del año, estimó la cifra del 1 millón por ciento para el cierre de 2019.
Hoy, algunos la calculan en 9.000%. Esto no alivia su impacto sobre los venezolanos y se mantiene como uno de los más graves problemas que recienten el bolsillo, y la percepción de quienes se quedan cortos de recursos para cubrir sus necesidades básicas.
Asimismo, se ha relajado el manejo de las divisas. Esto ha permitido una mayor comodidad en las transacciones comerciales internas y abre espacios para que las negociaciones entre privados y de privados con el Gobierno, puedan fluir de manera menos complicada.
Se estima que entre 50 y 60% de las transacciones de la economía venezolana se están realizando en divisas. El monto de divisas en efectivo disponibles en la economía es calculada 2.800 millones de dólares.
La posibilidad de abrir cuentas en dólares que puedan manejar efectivo y suministrarlo en taquillas abre más espacios para el comercio y las transacciones, tanto de grandes empresarios como de las Pequeñas y Medianas empresas.
La percepción
Según las mediciones que hace Datos Group, la percepción de la situación que tienen los venezolanos viene cambiando de manera importante.
Luis Maturén, gerente general de Datos señala que, la lectura de la coyuntura está marcada por elementos como el acceso al Clap y la tenencia de dólares.
Señala que quienes reciben los Clap tienden a tener una visión más optimista de la realidad e incluso de las acciones del Gobierno.
Sus encuestas revelan que en enero 2020, el 57% de los consultados aseguró haber recibido el beneficio de esta política asistencialista de Estado.
Por otro lado, quienes reciben divisas, incluyendo remesas, que representan el 27% de las personas mayores de 18 años que trabajan, si bien no tienen un opinión favorable de la gestión de Gobierno, se muestran optimistas ante la situación económica.
Este segmento de la población ve oportunidades para comprar activos, hacer inversiones pequeñas o grandes de acuerdo al alcance de sus posibilidades.
No hay recuperación
En el análisis del Jesús Casique, las cifras son lapidarias para asegurar que no hay un recuperación económica del país.
Indica que Venezuela ya dejó atrás la recesión y está viviendo una depresión económica, dados los resultados macroeconómicos que reflejan las cifras.
Indica que la economía venezolana muestra un caída acumulada del Producto Interno Bruto de 73% y una inflación, durante la gestión de Nicolás Maduro, superior a 3.013 millones por ciento.
Agrega también que, el proceso de reconversión monetaria se hacia inviable de cara al avance de la inflación. Señala que, en el tiempo transcurrido entre la decisión de adoptar un nuevo cono monetario y nuestros días la inflación ha sido superior al 318 mil porciento.
Según su lectura de la coyuntura económica, la sensación de bonanza que se percibe en algunos sectores se debe a un rebote estadístico, dentro de un proceso de decrecimiento económico.
“Solo hay repuntes puntuales”, sentencia Casique.
Para cerrar su argumentación indica que, el sector manufacturero entre 2013 y 2019 ha caído 83% y el sector comercio 80%, lo que pone en evidencia la merma del PIB nacional.
Asegura que, la posibilidad de que exista una recuperación estructural de la economía depende del factor confianza. Para ello deben superarse los escollos políticos que agobian a la sociedad venezolana.
Otras fuentes aportan cifras que indican un aumento del abastecimiento en Venezuela para finales de 2019 y principios de 2020, sin embargo solo entre 5% y 8% de la población tiene acceso a él.
Sí hay recuperación
“Nunca hemos estado en un burbuja económica como se conoce en el sentido estricto de la palabra. Ocurre que el dólar paralelo ha creado la ilusión de que la gente se está enriqueciendo cada vez que se devalúa”.
La afirmación la hace el economista Andrés Giussepe, quien ve en el petro la herramienta que ayudará al Gobierno a concretar la recuperación económica del país.
Giussepe, afirma que existe una recuperación estructural de la economía y que 2019 fue muy bueno para Nicolás Maduro, lo que se refleja en la reducción del ritmo de la inflación.
Destaca que, el experimento del petro en diciembre resultó exitoso y ayudó a reanimar el consumo.
Reconoce que la plataforma del Biopago colapsó, pero apuesta a que con la superación de este inconveniente la estrategia del Gobierno generará un ecosistema que “vencerá al dólar paralelo”, responsable de las distorsiones de la economía venezolana.
“El petro es el mecanismo para contener al cambio paralelo”, sentencia Giussepe.
Toma en cuenta el factor político y lo coloca como una fortaleza al señalar que Venezuela es el país con mayor estabilidad política de la región.
Reconoce que existe problemas graves con la evolución de los precios, pero para ello destaca las políticas asistenciales del Gobierno como los Clap y los operativos de salud.
“Los Clap significan un subsidio de 20 dólares a la población que lo recibe”, asegura Giussepe.
Y… ¿Entonces?
Las lecturas de la coyuntura seguirán y solo el desenvolvimiento de la economía dirá la naturaleza del fenómeno que se vive en la Venezuela.
El juego se sigue jugando y el factor político es una variable que hay que tener cuenta a la hora de evaluar cualquier análisis sobre el devenir del país.
Esa historia está por escribirse.
