La situación de la industria nacional y la postura del Gobierno de Maduro en el Medio Oriente afectan las ganancias de Venezuela en un conflicto
Las recientes tensiones entre Estados Unidos e Irán impactaron al mercado petrolero, cuyos precios se dispararon durante los primeros días del conflicto y los llevó hasta los 70 dólares, en el caso del Brent, y cerca de los 64 el WTI.
Sin embargo, tras las recientes acciones de ambos países y el discurso de este miércoles del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, los precios retrocedieron más de 4,9% al alejarse el riesgo de mayores enfrentamientos en Medio Oriente.
Este miércoles, en Estados Unidos el barril WTI perdió 3,09 dólares y terminó en 59,61, mientras que en Londres, el barril de Brent del Mar del Norte para marzo cayó 4,1% y cerró en 65,44 dólares.
En medio de este escenario en el que la situación tiende a calmarse, el economista y experto petrolero José Toro Hardy considera que de no presentarse nuevos ataques «habrá sido uno de tantos eventos en la permanente conflictividad de la región».
En declaraciones a Contrapunto, el experto estima que los precios del petróleo regresen a sus niveles, como se evidencia con la cotización de este miércoles, a menos que se registren nuevas represalias que afectarían nuevamente a los mercados.
Específicamente en el caso de Venezuela y su posible beneficio tras el repunte en los precios del crudo, reiteró que «un aumento mayor de los precios del petróleo podría tener repercusiones inciertas», debido a que el país no está en condiciones de aumentar la producción con lo que un incremento en los precios no generaría mayores beneficios.
Aunado a ello, señaló que el país actualmente importa «cantidades importantes de gasolina, nafta y crudos livianos», los productos que más aumentan.
Toro Hardy agrega que en el pasado Venezuela era percibida como el abastecedor de petróleo más seguro y confiable del mundo. «Cada vez que había problemas en el mundo islámico que amenazaban con interrumpir o interrumpían efectivamente el suministro petrolero desde aquellos países, Venezuela incrementaba su producción y además se beneficiaba del aumento de precios», explicó.
Entonces el país formaba parte de la solución su neutralidad en los conflictos, lo que también lo otorgaba credibilidad en la Opep cuyos miembros eran parte de las disputas.
Sin embargo, al tomar partido con Irán (chiíta) los miembros sunitas de la Opep ven al país con desconfianza, señala el experto petrolero, quien asevera que «ya no somos percibidos como parte de la solución sino como parte del problema. Ya no somos un abastecedor confiable».