No fue su posición sobre la crisis venezolana lo que motivó el despido del «advisor», considera el analista internacional Carlos Romero. La política de EEUU contra Maduro se mantendrá, afirma la diputada Delsa Solórzano
Conocido como un «halcón» ultraconservador, John Bolton, se enfrentó este martes 10 de septiembre a la noticia que posiblemente menos esperaba: el presidente de Estados Unidos (EEUU), Donald Trump, lo despidió como Asesor de Seguridad Nacional.
Lo que hablaban en privado Bolton y Trump se quedará detrás de bastidores hasta que alguno decida contarlo. Pero el ex asesor era públicamente conocido por sus posiciones duras hacia los gobiernos de Irán, Corea del Norte y Venezuela.
Por ejemplo, este año circuló una fotografía de Bolton en la que se veía el número de tropas que podrían ser usadas en caso de un ataque armado en Venezuela, para deponer al ejecutivo del mandatario Nicolás Maduro.
Sin embargo, no fue su posición sobre Maduro lo que precipitó su salida, asegura el analista internacional Carlos Romero. A su juicio, los planes de instalar bases militares en Polonia y su posición sobre las negociaciones con los talibanes llevaron a Trump, a tomar la decisión de destituirlo. Pero la medida no deja de ser una buena noticia para el mandatario venezolano en medio de la conflictividad del país, acota Romero, porque todo parece indicar que se privilegiará la posición del Departamento de Estado estadounidense de buscar una salida negociada.
Otro análisis hace la diputada Delsa Solórzano, quien considera que la posición de EEUU hacia Venezuela es una política de Estado que no variará por el cambio de Bolton. Lo mismo dijo el jefe de la diplomacia de EEUU, Mike Pompeo, al ser consultado sobre la salida de Bolton.
Para el internacionalista Luis Quintana, la salida de Bolton es una oportunidad que debe aprovechar la oposición venezolana a fin de buscar salidas políticas -no violentas- a la crisis generalizada.