Muchos de los perros y gatos que son dados como regalos en Navidad terminan abandonados en las calles durante los primeros meses del año
A propósito de Navidad, tener un perro o un gato es un acto de responsabilidad y por ello debería pensarse muy bien la decisión antes de ser considerado dentro del listado de posibles regalos en esta fecha.
Al inicio, la mascota que fue regalada es vista como una novedad y algo especial; sin embargo, con el pasar de los días empiezan las responsabilidades implícitas de hacerse cargo de una vida: vacunas, desparasitación, alimentación, mobiliario (cama, juguetes, collar, etc.), esterilización, educación, tiempo para juegos y paseos, entre otras. Todo esto hace que la persona que ha recibido el regalo incurra en gastos o responsabilidades adicionales, que en fin de cuentas, por lo general, no pidió.
Además, si una mascota no recibe educación y socialización adecuada desde temprano, podría presentar problemas de comportamiento como destrozos, marcaje inadecuado y agresividad, que incomodarán al nuevo propietario y su familia.
Todos estos elementos no previstos a la hora de tener una mascota desencadenan que, lastimosamente en muchas ocasiones, la opción más fácil que encuentran los nuevos tutores sea buscarle un nuevo hogar o, en el peor de los casos, abandonar el animal, lo cual se convierte en un acto de maltrato y crueldad hacia los animales.
Por otra parte, si de verdad, la persona desea como regalo una mascota, antes de comprar uno, se puede optar por la adopción, hay muchos esperando poder tener el calor de un hogar y una familia humana.
Además de esto, hay que tomar otros factores en cuenta a la hora de regalar un animal de compañía, es una decisión que debe ser consultada y tomada de manera conjunta, por ejemplo existen personas que pueden presentar alergias o que definitivamente no tienen el gusto, la paciencia o el tiempo para tener un animal de compañía.