El Ministerio de Sanidad española confirmó que estos 50 incidentes que figuran en el registro de Vigilancia de Productos Sanitarios de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) dejaron de utilizarse hace nueve años
La compañía farmacéutica Johnson&Johnson es investigada por comercializar prótesis de cadera supuestamente defectuosas que habrían causado 50 incidentes en España, según el Ministerio de Sanidad, que ha contabilizado 1.471 implantes de las mismas.
El Ministerio confirmó que estos 50 incidentes, que posteriormente dieron lugar a casos de denuncia, figuran en el registro de Vigilancia de Productos Sanitarios de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) vinculados a los implantes, que dejaron de utilizarse hace nueve años por riesgo para la salud de los enfermos.
De las 90 mil prótesis que se implantaron en todo el mundo, 1.471 se pusieron a pacientes de 70 hospitales en buena parte de las regiones españolas.
El caso se originó a partir de la querella que un grupo de 64 afectados interpuso en julio de 2017 en la Audiencia Nacional y que ahora ha visto la luz después de que el Juzgado Central de Instrucción número 6 levantara el secreto de la investigación, y llamara a declarar a tres expresidentes y a un representante legal de la compañía en España.
La Aemps comunicó el 10 de septiembre de 2010 el cese de la implantación de esta prótesis y su retirada del mercado.
El problema observado, según señalaba la agencia española en esa alerta, era «el aumento del número de aflojamientos detectados a los cinco de años de implantadas estas prótesis» y el posible desprendimiento de «restos metálicos de la aleación cromo-cobalto a los tejidos circundantes a la prótesis que pueden causar dolor o inflamación».
La agencia de medicamentos incluía en su alerta una carta de la empresa fabricante en la que ésta manifestaba su intención de correr con los gastos derivados del seguimiento y tratamiento de los pacientes, incluida la cirugía de revisión, si fuera necesario.
Dos años después, la AEMPS recomendaba a centros y profesionales sanitarios identificar y realizar un seguimiento de todos los pacientes con estos implantes.
El abogado de los demandantes españoles, Emilio Ortiz, ha precisado que hasta 2017 existía un protocolo por el cual la compañía se hacía cargo de los gastos de la retirada de las prótesis, pero a partir de ese momento «se cerró en banda y ha dejado a gente con el implante que está perdiendo la pierna».
Una de las afectadas, Alexia, ha comentado a Efe como la convencieron para elegir este implante, al asegurarle que era «el Rolls-Royce de las prótesis» y cuatro años después le habían «destrozado la vida».
Alexia, barcelonesa de 40 años, fue operada en noviembre de 2009 en el Hospital Verge de la Cinta de Tortosa, sólo unos meses antes de que se conociera en España el caso de estas prótesis defectuosas.
Tenía entonces 30 años y se le realizó el implante para intensar atajar las dolencias causadas por una artritis reumatoide severa.
Ahora, sin embargo, además de las múltiples molestias a la hora de andar (apenas puede caminar 10 ó 15 minutos seguidos y debe usar muletas) sufre dolores y pinchazos y le «crujen las caderas».
Los pacientes españoles llevan más de ocho años litigando en la jurisdicción civil con sentencias a favor y en contra, a pesar de que los demandantes presentaron pruebas periciales de la Universidad Politécnica de Cataluña en las que se demostraban los fallos de las prótesis, ha señalado el letrado.