Ya ni siquiera hay un programa nacional de sangre en el Ministerio de Salud, explica Lía Talavera, presidenta de la Sociedad Venezolana de Hemoterapia
Hizo aguas la salud pública en Venezuela. También, «hizo sangre». El sector de los bancos de sangre y la donación de sangre no ha escapado de la emergencia humanitaria compleja. No es solo que no se aprobaron recursos para su funcionamiento en 2023, como lo denunció este martes la presidenta de la Sociedad Venezolana de Hematología, Maribel Meléndez. Es que los pequeños pacientes del Hospital de Niños JM de los Ríos se han infectado con el virus de la hepatitis C debido a la transfusión de sangre no segura, como lo señaló Katherine Martínez, directora de Prepara Familia. Es que la donación de sangre, que ha sido concebida como un acto altruista, ahora puede estar mediada por el dinero, con pago a los donantes, como lo indicó Lía Talavera, presidenta de la Sociedad Venezolana de Hemoterapia. Ya ni siquiera hay un programa nacional de sangre en el Ministerio de Salud, apuntó Talavera.
Este 14 de junio se conmemora el Día Mundial del Donante de Sangre. El lema es «Dona sangre, dona plasma, comparte la vida, compártela frecuentemente». Un día antes, 10 organizaciones médicos y científicas alertaron sobre la crisis del sector en Venezuela.
«Un tema de palpitante urgencia no tiene asignado un centavo en el presupuesto de 2023. ¿Cómo pretenden atender esta situación?», condenó Carlos Walter, exministro de Salud y defensor de la salud pública.
«Este es un calvario de años. Los bancos de sangre tienen unos reactivos, pero esos reactivos no son de calidad, no tienen la calidad suficiente. No hay reactivos, o los que hay no son de calidad», no pasan por los controles del Instituto Nacional de Higiene, explica Martínez. «Al tener que recibir transfusiones frecuentemente, debido a síndrome nefrótico, a enfermedades oncológicas, enfermedades como talasemia» se encuentran con diversidad de situaciones.
«En el Hospital JM de los Ríos todos los niños que han recibido politransfusiones por su enfermedad tienen hepatitis C», estimó. «Las familias ya lidian con una enfermedad complicada, y ahora también con la hepatitis C», afirma la abogada. La soportan, incluso, quienes migran en busca de mejores servicios de salud.
Talavera recuerda que la donación de sangre debe ser gratuita, pero la crisis ha cambiado esta norma. «Es doloroso ver a una madre que tiene un hijo, o un familiar, tocando la puerta a las 11 o as 12 de la noche para pedir ‘por favor, necesito sangre para mi hijo que se está muriendo’. Eso lo vemos a diario». Las personas no solo piden donantes; también demandan equipos para transfusión, bolsas de sangre «porque actualmente no hay bolsas para extraer la sangre de los donantes».
Aunque «la donación de sangre debe ser voluntaria, altruista y repetida, y no se debe pagar, se sabe de casos que les están pagando a los donantes para que los donantes vayan», concretó. Esa persona que recibe una remuneración «miente, porque si no, no le pagan». O no dice la verdad para ahorrarle un disgusto a la familia».
Hemocentros: Nuevo concepto para nueva ley
La Sociedad Venezolana de Hematología logró ser escuchada por la Asamblea Nacional para trabajar en una actualización de la ley. «Hace un mes hicimos la presentación y hace una semana se hizo una mesa de trabajo. Fue recibida con mucha receptividad nuestra propuesta, estamos iniciando el trabajo», confirmó Meléndez.
La estructura de los bancos de sangre «está vencida, obsoleta, y así no deben funcionar», manifestó. A escala mundial funcionan de manera centralizada y regionalizada: «Debemos migrar de los bancos de sangre tradicionales a los hemocentros, los centros de colecta y las unidades de transfusión». Esos centros de colecta «pueden estar en las universidades, en la calle, en todas partes; es acercar la donación al donante, porque el donante no tiene que ir al hospital». Esa sangre se lleva a un solo sitio, donde se hacen las pruebas y preparación y luego de distribuyen a los centros de transfusión.
«Para modificar esta estructura», razonó, se debe constituir un plan nacional de sangre.
Sin embargo, Walter expresó su temor de hacer cambios en un país «en el que no hay separación de poderes» y advirtió que en varios aspectos una reforma legal empeoraría la situación. «Tenemos que ver qué hacer en este momento», porque la gente sigue falleciendo.
