¿Es el molnupiravir, uno de los primeros antivirales disponibles en el mercado durante la pandemia de Covid-19, responsable de las mutaciones del coronavirus? ¿Podrían los antivirales contribuir a crear un «supervirus» resistente al tratamiento? El debate está servido
Una investigación conducida por la Universidad de Harvard sopesó estas posibilidades, y concluyó que el molnupiravir, si se utiliza correctamente reduce la capacidad de producir virus mutantes con respecto a los pacientes que no recibieron el tratamiento. A pesar de ello, los expertos de Harvard no descartaban que el medicamento fuera menos seguro desde el punto de vista evolutivo cuando se administra a personas que pueden eliminar el virus con rapidez.
Ahora, un nuevo estudio publicado por la Universidad de Cambridge concluye que el medicamento antivírico sí puede estar relacionado con el aumento de las mutaciones del SARS-CoV-2 que se dio durante 2022. De hecho, el nuevo trabajo afirma que los pacientes que recibieron el antiviral pero no eliminaron el SARS-CoV-2 de su organismo han estado transmitiendo una mutación del coronavirus a otras personas.
Este nuevo giro de los acontecimientos, ha provocado de nuevo la conmoción de la comunidad científico-médica y de la sociedad en general, ante lo que algunos medios de comunicación califican como «el despropósito del molnupiravir».
Antecedentes del fármaco que ayuda a mutar al coronavirus
Se sabe que los coronavirus son más estables genéticamente que virus como la gripe o el VIH. Sin embargo, el SARS-CoV-2 también está mutando mucho desde el inicio. De ahí que los científicos comenzaran a plantearse si los fármacos antivirales tendrían algo que ver.
El molnupiravir fue uno de los primeros remedios contra la Covid-19 disponibles en el mercado y fue ampliamente administrado por muchos países, incluido España. De hecho, durante mucho tiempo fue el único antiviral oral contra la enfermedad que provoca el coronavirus, disponible para su utilización en nuestro país desde el 28 de diciembre de 2021.
Puede sorprender el hecho de que este fármaco actúa induciendo mutaciones en la información genética del coronavirus durante su replicación, pero eso es precisamente lo que hace que aniquile el virus. Básicamente, el molnupiravir funciona porque «engaña» al SARS-CoV-2 para que genere mutaciones, algunas de las cuales son letales para sí mismo.
Pero es precisamente esto lo que empezó a preocupar a algunos científicos. ¿Y si el molnupiravir acababa por crear nuevas versiones del virus más resistentes al tratamiento? A esta duda le acompañaba la creciente preocupación que iban generando las nuevas variantes como Delta, Ómicron y EG.5.
¿Qué dice el estudio de Cambridge?
Los investigadores del Instituto Francis Crick, el Imperial College de Londres, la Universidad de Liverpool, la Universidad de Ciudad del Cabo y la Agencia de Seguridad en Salud del Gobierno del Reino Unido afirman haber descubierto una relación entre este fármaco antivírico para las infecciones por Covid-19 y un patrón de mutaciones en el virus del SRAS-CoV-2.
A grandes rasgos, el estudio publicado en la prestigiosa revista Nature, identificó eventos mutacionales en la base de datos de secuenciación global que parecían muy diferentes a los patrones típicos de mutaciones del Covid-19. Según los expertos, estos «eventos mutacionales» estaban fuertemente asociados a individuos que habían tomado molnupiravir.
Es decir, que el fármaco puede dar lugar a mutaciones estables en lugar de destruirlo. «Lo que hemos descubierto es que, para algunos pacientes, el proceso no mata por completo al virus, y los supervivientes mutados pueden propagarse», explica Theo Sanderson, autor principal e investigador postdoctoral en el Instituto Francis Crick.
Para llegar a esta conclusión, los científicos tuvieron que utilizar bases de datos mundiales de secuenciación y cartografiar las mutaciones del virus SARS-CoV-2 a lo largo del tiempo. En total, analizaron un árbol genealógico de 15 millones de secuencias de SARS-CoV-2. De esta manera, pudieron ver qué mutaciones se había producido en cada punto de la historia evolutiva de cada virus.
Aunque los virus mutan constantemente, los investigadores concluyeron que la cantidad aumentó en 2022, coincidiendo con la introducción del molnupiravir. También afirman que era más probable que se observaran en grupos de mayor edad, lo que concuerda con el uso de los antivirales para tratar a personas de mayor riesgo.
Además, también eran más frecuentes en países en los que se sabe que hay un elevado uso de molnupiravir. En Inglaterra, los investigadores analizaron los datos de tratamiento y descubrieron que al menos el 30% de los casos estaban relacionados con el uso de molnupiravir.
¿Y ahora, qué pasa con el molnupiravir?
Resulta difícil comprender el impacto del tratamiento con molnupiravir en los riesgos de nuevas variantes, dicen los científicos. Tampoco pueden concluir qué repercusión puede tener en la salud pública. Pero sí apuntan que es importante tener en cuenta que las infecciones crónicas por Covid-19 en las que se utiliza molnupiravir, pueden dar lugar por sí mismas a nuevas mutaciones.
«La Covid-19 sigue teniendo un efecto importante en la salud humana y algunas personas tienen dificultades para eliminar el virus, por lo que es importante que desarrollemos fármacos destinados a acortar la duración de la infección. Pero nuestras pruebas demuestran que un fármaco antiviral específico, el molnupiravir, también da lugar a nuevas mutaciones, aumentando la diversidad genética en la población viral superviviente», subraya Sanderson.
«Nuestros hallazgos son útiles para la evaluación continua de los riesgos y beneficios del tratamiento con molnupiravir. La posibilidad de mutaciones persistentes inducidas por el antiviral debe tenerse en cuenta para el desarrollo de nuevos fármacos que actúen de forma similar», reclama.
Por otra parte, dice que su trabajo «demuestra que el tamaño sin precedentes de los conjuntos de datos de secuencias postpandémicas, construidos en colaboración por miles de investigadores y trabajadores sanitarios de todo el mundo, crea un enorme poder para revelar conocimientos sobre la evolución del virus que no serían posibles a partir del análisis de los datos de ningún país individual».
Con información de A Tu Salud