María Corina Machado es un nombre que resuena indudablemente en el imaginario político venezolano. Es percibida como una líder radical o como un liderazgo inexistente. No hay grises en esta escala. Entre el amor y el odio, evoca radicalismos que se alinean con su férreo discurso y su tenaz rechazo al oficialismo y a los partidos de oposición.
Su partido, Vente Venezuela, reposa sobre su imagen, una nota personalista que pareciera ser lo único que la aproxima a sus pares. MCN se ha esforzado en distanciarse ideológicamente de sus adversarios, a quienes ha catalogado en conjunto: todos son rojos, todos ‘cohabitan’ y ‘colaboran’ con la dictadura.
‘Extrema Derecha’ es quizá una etiqueta desacertada para alguien que defiende valores liberales y capitalistas en un ambiente de partidos socialdemócratas y comunistas. Su ‘radicalismo’ cobra mayor sentido en el rechazo a las estrategias de la oposición, y en el apoyo (al menos, discursivo) al uso de la fuerza extranjera para ‘derrocar la dictadura’. Solo esta idea despierta reacciones de ‘locura o sensatez’ en la audiencia venezolana. ¿Hablamos entonces de su mayor fortaleza o de su mayor debilidad? La ideología no es el centro de la discusión que evoca, sino sus formas de hacer política.
Su gran desventaja en este escenario es su ausencia de pragmatismo para crear alianzas con sus pares. La hemos visto de la mano de otros líderes como en La Salida o en la Presidencia Encargada, pero su apoyo a estas causas caducó tan rápido como su juicio reclamó lo éticamente incorrecto. No dar su brazo a torcer le ha permitido consolidar su liderazgo, pero también le ha costado oportunidades de hacer política más allá de la tribuna de la crítica.
A pesar de ello, Machado hoy por hoy es una figura fuerte en todas las encuestas nacionales de los candidatos de la oposición para las primarias. Pareciera que la fortuna le ha otorgado otra oportunidad de poder, y ella sentó sus condiciones: sin el CNE y con participación del voto extranjero. Su gran reto será capitalizar el voto descontento con Juan Guaidó y el G4, y la gran pregunta es si esta vez será capaz de aprovechar el momentum, aún en el escenario en el que las primarias contraríen sus condiciones.
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