El ejercicio, con militares de Estados Unidos, estuvo bajo la coordinación de Unitas
Un simulacro de desembarque de ayuda humanitaria realizaron militares de las marinas de 10 países de América. En este ejercicio, realizado en Río de Janeiro y coordinado por Unitas (operación marítima multinacional más antigua del mundo), no estuvo presente el posible país destinatario de una operación como esa: Venezuela.
El ejercicio realizado este martes forma parte de una serie de procedimientos militares que vienen efectuando conjuntamente unos 3.880 miembros de las fuerzas navales de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Estados Unidos, México, Panamá, Paraguay y Perú para poner a prueba su capacidad de participar en operaciones conjuntas de defensa del continente, reportó EFE.
Desde el pasado 19 de agosto y bajo el liderazgo de Brasil y Estados Unidos, los militares iniciaron operaciones terrestres y en alta mar.
Este martes, el turno fue para la etapa anfibia, donde un grupo de militares realizó procedimientos de protección y asistencia humanitaria en un ejercicio que simuló un terremoto.
Mientras un grupo de soldados caracterizó a las víctimas, otro se encargó de la asistencia y el rescate de los heridos, en una operación en la que no se escatimaron recursos y en la que fueron empleados hasta perros especializados para la búsqueda de personas en catástrofes naturales.
También se pudo observar la atención de los heridos en un hospital de campaña levantado especialmente para el ejercicio en el que se simularon procedimientos quirúrgicos de emergencia, realizados en este tipo de situaciones.
Los ejercicios de la operación UNITAS son realizados anualmente por la armada de los Estados Unidos en coordinación con otras armadas latinoamericanas y aunque todas las naciones del continente son invitadas a participar, no todas pueden hacerlo todos los años, como fue el caso de Venezuela que en esta ocasión no estuvo presente.
Los ejercicios se han realizado frente a las costa de Río de Janeiro a bordo de diez embarcaciones brasileñas, incluyendo un portahelicópteros, un navío de desembarque, tres fragatas y un submarino, y de cuatro navíos de otros países.
Las embarcaciones extranjeras participantes son el Navío de Desembarque Doca Carter Hall de Estados Unidos, en el que están embarcados 15 vehículos de asalto anfibio, una lancha de desembarque y una aeronave de patrulla marítima y antisubmarinos, así como la corbeta BAP Ferré de Perú, el Navío de Transporte San Blas y la Fragata Almirante Brown, estas dos últimas de Argentina.
Como en los últimos años, los ejercicios han estado centrados en el combate a amenazas «asimétricas», como el crimen organizado y el narcotráfico, así como en operaciones de ayuda humanitaria, aunque en alta mar también se han realizado simulaciones de operaciones de guerra convencional, como ataque a submarinos o navíos de superficie.
En las operaciones también han participado como observadores, oficiales de las Marinas de Japón, Portugal y Reino Unido.